LIBERACIÓN
La tensión que se vivió en la parroquia Nizag, en el cantón Alausí, tuvo un desenlace sin víctimas fatales. Los dos policías que permanecían retenidos por la comunidad en el marco del paro nacional fueron liberados la noche del 01 de octubre, luego de horas de incertidumbre y de un complejo proceso de diálogo.

El ministro del Interior, John Reimberg, confirmó la noticia en la mañana del 2 de octubre. Señaló que los uniformados ya están bajo custodia de la institución policial y que fueron sometidos a chequeos médicos para descartar posibles lesiones. “Los servidores se encuentran estables y regresaron a sus labores”, indicó.
La retención de los policías ocurrió en medio de una protesta en Nizag, cuando un grupo de manifestantes bloqueaba la vía de acceso. Según la versión oficial, los uniformados realizaban labores para habilitar la carretera, pero la presencia policial generó rechazo en la comunidad.
En el sitio se produjo un enfrentamiento: la Policía intentó dispersar la concentración, mientras los manifestantes respondieron con piedras y palos. En ese contexto, dos agentes fueron rodeados por pobladores y despojados de sus motocicletas. Videos que circularon en redes sociales mostraron a mujeres de la comunidad golpeando a los uniformados, una imagen que reflejó la magnitud de la indignación en la zona.
Representantes de la Policía y líderes comunitarios mantuvieron conversaciones para garantizar la liberación de los agentes. La tensión fue evidente, pero finalmente se llegó a un acuerdo que permitió que los policías salieran sin mayores daños. La institución policial informó que las unidades operativas desplegadas en Chimborazo jugaron un papel clave en la mediación, evitando que la situación se agravara y manteniendo abierta la vía del diálogo.
El episodio se enmarca en el paro nacional que, en varias provincias del país, ha derivado en bloqueos de carreteras y enfrentamientos con las fuerzas del orden. En Chimborazo, Alausí se convirtió en uno de los focos de mayor conflicto, especialmente en comunidades indígenas como Nizag, donde el malestar social se hizo visible en las calles.
El ministro Reimberg recalcó que la prioridad del Ejecutivo sigue siendo garantizar la seguridad de los uniformados y, al mismo tiempo, no escalar la confrontación con la ciudadanía. “La vía del diálogo siempre será el camino”, sostuvo.