Por: Alfonso Espín Mosquera
Nada más insensato que enfrentar derecha contra izquierda en los actuales momentos. Quienes décadas atrás escuchábamos a Intiillimani, Quilapayún, Víctor Jara y vivábamos el triunfo de Allende en Chile, defendíamos la posición cubana después de la Revolución de 1959 y creíamos y creemos en una sociedad más justa e igualitaria, sabemos bien que lo que hoy se dice “izquierda”, esto es “Socialismo del siglo XXI, no es sino un populismo que trató de revivir las consignas y pensamientos revolucionarios de hace cinco o seis décadas para encaramarse en el poder con la determinación de quedarse en él sin fin.
Al socialismo no se llega sino vía revolución violenta, como ocurrió en Rusia en 1917 o en Cuba, al final de la década del cincuenta, porque definitivamente la extirpación de la propiedad privada sobre los medios de producción, para pasarle a manos del Estado, no es posible en un marco democrático, por el mero hecho de ganar elecciones. Miremos sino el caso venezolano en donde vía electoral, Chávez se hizo del poder y luego, Maduro, para mantener un gobierno por ya 25 años, con actitudes dictatoriales y abusivas, que confisca, tortura y mata, debe envilecer y corromper a la milicia, para que lo sostenga aun en contra de la miseria del pueblo venezolano.
Hablar de izquierda en el país es una falsedad, porque los grandes cabecillas izquierdistas, que cuando fueron estudiantes universitarios y vivieron “bonitos años” de camaradas, en ese “socialismo ecuatoriano de ficción”, más bien surrealista, y que otra hora gozaron de viajes a la Unión Soviética y cantaron a voz en cuello “comandante Che Guevara” o la música protesta de moda en aquellos tiempos, hoy son empresarios acaudalados y se han olvidado de sus “principios” y a la usanza capitalista, como se dirían ellos mismos “aburguesados” y reaccionarios, gozan de los placeres que el imperio replica en nuestros países, con ropa de marca y moles para exhibirse y gastar las ganancias de sus negocios.
Y qué decir de la “derecha”, la de Nebot o Topic, lista a pactar con la izquierda, la de Correa y todos los del foro de Sao Paulo, la siempre abierta a lo que venga, también a los grupos de delincuenciales de orden internacional, a los pandilleros; en fin, a lo que haya, con tal de gobernar a como dé lugar, enriquecer a los del partido y conformar al pueblo con bonificaciones de baratija, a cambio de hacer presencia en las movilizaciones en las que se los requiera.
Este es un tiempo extremadamente crítico, en el que nos necesitamos todos, más allá de los membretes falsos de los politiqueros y de las posiciones extremas, para mirar en beneficio de las necesidades apremiantes de los nacionales, porque mientras los politiqueros se insultan y boicotean en la Asamblea, en la calle la gente sufre la falta de trabajo, de alimentación de vivienda y, en los hospitales, los congéneres se mueren sin medicinas ni insumos mínimos.
Las lides políticas nos han sumido en la miseria y si podríamos prescindir de todos esos personajes nefastos que se vanaglorian de fama, poder y corrupción, gracias a nuestros votos, tendríamos una Patria más justa, equitativa y menos violenta.