LUTO
La muerte de Marcos Olmedo, mediocampista de Mushuc Runa, en un accidente de tránsito ocurrido en Quinindé, ha causado dolor en el deporte nacional. A sus 26 años, el volante central vivía un momento de madurez deportiva, pero su carrera y su vida se apagaron de manera abrupta en una carretera, en circunstancias aún no reveladas.
De acuerdo con los reportes preliminares, Olmedo habría perdido el control de su vehículo tras quedarse dormido al volante. El impacto contra otro automóvil fue de tal magnitud que dejó a ambos vehículos prácticamente destruidos.
Los primeros auxilios no bastaron para salvar al jugador, cuya muerte se confirmó poco después del siniestro. La siniestralidad vial sigue siendo una de las principales causas de muerte en el país, y casos como el de Olmedo ponen en evidencia la fragilidad de las condiciones en las que muchos deportistas se desplazan, ya sea por compromisos profesionales o personales.
No es la primera vez que un futbolista ecuatoriano pierde la vida en la carretera; la memoria reciente guarda episodios similares que nunca terminaron de generar una solución estructural sobre movilidad y prevención
