¿Cómo entender que miles de libros de las llamadas materias básicas, destinados a los estudiantes de la educación fiscal, sector acaso el más necesitado, vayan a parar al reciclaje de de la irresponsabilidad y corrupción? Los destinatarios legítimos eran los estudiantes de educación básica y bachillerato de las provincias de Esmeraldas, Carchi, Imbabura y Sucumbíos de los años 2010 y 2014, material escolar que nunca recibieron. Al momento ese material pedagógico está desactualizado, se dijo.
El hecho, indignante, repudiable, irresponsable, ofensivo se lo conoció por una denuncia del presidente de la Unión Nacional de Educadores, los “tirapiedras” insufribles para el régimen correísta.
Más allá de que el Ministerio de Educación aseguró que realizará la investigación respectiva para establecer el porqué los textos no fueron entregados con la debida oportunidad y se los embodegó irresponsablemente, a propósito de este hecho condenable, surgen algunas interrogantes. ¿Es la única vez que ocurre esto? ¿Ha faltado control y seguimiento en la entrega por parte de los organismos correspondientes ligados al Ministerio del Ramo? ¿Cuántos y cuáles son los involucrados en esta escandalosa irresponsabilidad? ¿No habrá ocurrido igual cosa en otros sectores de la patria? ¿Era habitual esta “venta” de material de “desecho” a las plantas procesadoras? ¿Será suficiente la destitución de los funcionarios involucrados y el levantamiento de los sumarios administrativos correspondientes? ¿Se han estado imprimiendo libros más de lo estrictamente necesarios?¿Habrá materia penal para una acción legal correspondiente?
La intervención de la Contraloría solicitada para que audite el caso puede despejar muchas interrogantes al respecto. Por su parte, la ciudadanía, de manera particular los padres de familia aspiran que estos casos insólitos de la moral pública no vuelvan a repetirse en perjuicio de miles de estudiantes del sector fiscal.