El 20 de junio, personal del Ejército Ecuatoriano, a través de la Brigada de Caballería Blindada N° 11 Galápagos, en coordinación con el ECU 911, ejecutó una operación táctica en Riobamba, que permitió el retiro de varias cámaras de videovigilancia instaladas de forma clandestina en zonas de la ciudad.
Las autoridades presumen que estos dispositivos eran utilizados por estructuras delictivas para monitorear los movimientos de las fuerzas del orden y facilitar la coordinación de actividades ilícitas.
El despliegue militar se enmarca dentro de las acciones permanentes de control territorial y combate al crimen organizado que desarrollan las Fuerzas Armadas en distintos puntos del país, especialmente en zonas donde se ha detectado la presencia de grupos al margen de la ley.
Según reportes preliminares, las cámaras no contaban con permisos ni registros legales, y su ubicación obedecía a criterios de vigilancia y alerta. Su propósito, según las investigaciones, era anticipar operativos policiales y militares, proteger rutas delictivas y mantener el control de ciertos sectores.
Las autoridades reiteraron el compromiso institucional de las Fuerzas Armadas con la seguridad ciudadana y recordaron que este tipo de intervenciones buscan desarticular cualquier intento de los grupos ilegales por apropiarse del espacio público o interferir con el accionar del Estado.
Además, se hizo un llamado a la ciudadanía a colaborar activamente en la detección de este tipo de amenazas. Para ello, el Ejército recordó que está habilitada la línea gratuita 131, a través de la cual se pueden reportar de forma anónima actividades sospechosas, presencia de personas armadas, almacenamiento de objetos ilegales o infraestructura no autorizada.
El Ejército Ecuatoriano continuará ejecutando acciones firmes y decididas en todo el territorio nacional para impedir que organizaciones criminales socaven la seguridad de la población o vulneren la soberanía del Estado.
