ASCENSO
Centro Deportivo Olmedo volvió a tropezar con su propia historia. Cuando parecía que el “Ciclón de los Andes” estaba en condiciones de soplar con fuerza, la realidad lo devolvió con dureza a su sitio, seguirá un año más en la Segunda Categoría.
El golpe llegó en Guayaquil, donde La Naranja Mekánica le dio una lección de carácter y efectividad, firmando un 3-0 categórico que borró la ventaja (3-1) obtenida por los riobambeños en la ida en el estadio Olímpico Fernando Guerrero.
El marcador global de 4-3 dejó fuera a un Olmedo que no supo administrar su diferencia ni encontrar respuestas futbolísticas cuando la presión se volvió insoportable.
Fue un retroceso que duele más allá de lo deportivo, porque desnuda los problemas de fondo que arrastra una institución acostumbrada a navegar entre la esperanza de sus hinchas y las decisiones erráticas que han condenado a la inestabilidad a un club histórico del balompié ecuatoriano.
El partido de vuelta mostró con crudeza la desconexión del conjunto riobambeño. En los primeros 45 minutos, Naranja Mekánica impuso ritmo, orden y contundencia. Los goles de Juan Villamar, Cristhian Cruz y Johan Estacio sentenciaron el destino del compromiso.
El cuadro olmedino, sin la intensidad que había mostrado en la ida, lució desconcertado, sin creatividad en el mediocampo y con una defensa incapaz de contener las arremetidas del local.
El exceso de confianza del Olmedo tras el 3-1 conseguido en Riobamba se transformó en una pesada losa en el partido de vuelta. La falta de reacción, sumada a errores individuales y colectivos, evidenció que el equipo no estaba preparado para afrontar una serie de esta magnitud.
Lo más preocupante para el “Ciclón” es la sensación de estancamiento. Desde su descenso, el club ha transitado por un camino lleno de tropiezos administrativos, problemas financieros y proyectos deportivos que no terminan de consolidarse.
Esta administración comenzó con el discurso de recuperación, pero terminó con frustración.
