Por. Eduardo Díaz A.
Cuando hay hibridez, la administración pública, se contamina, se vulgariza y todo el aparataje estatal, se convierte en un sarcasmo público, que coarta los derechos de participación, menoscaba los principios del mandamiento nuclear del sistema, porque cuando la libertad, es exclusiva y excluyente, no hay libertad.
Hay que salir de los elementos de deconstrucción de este paralelismo administrativo, jurídico y político. La administración pública, es irreductiblemente inseparable de la sociedad, ¿por qué? Porque convergen intereses compartidos < por una parte la protección al individuo y por otra, la protección a los bienes comunes>.
Pero en esa teoría, parecería que todo debería ser eficiencia, eficacia y transparencia.
¿Entonces por qué no sucede, lo públicamente correcto? Porque, usted no ejerce de manera efectiva sus derechos de participación.
¿Y, cómo lo permite? Cuando se deja vulnerar sus derechos, por un delegatario estatal, en el ámbito administrativo o judicial y permite que de manera arbitraria esos delegatorios; autoridades, jueces, fiscales, hagan lo que les dé la gana.
Hay que vencer el anti intelectualismo, que da paso a la arbitrariedad y opresión de algunos servidores públicos, que, al no ser observados por la sociedad, abren paso a dimensiones políticas binarias, que solapan la corrupción, y contravienen lo dispuesto en el artículo 11 numeral 9 de la Constitución de la Republica del Ecuador, que ordena: El Estado, sus delegatarios, concesionarios y toda persona que actúe en ejercicio de una potestad pública, estarán obligados a reparar las violaciones a los derechos de los particulares por la falta o deficiencia en la prestación de los servicios públicos, o por las acciones u omisiones de sus funcionarias y funcionarios, y empleadas y empleados públicos en el desempeño de sus cargos. El Estado ejercerá de forma inmediata el derecho de repetición en contra de las personas responsables del daño producido, sin perjuicio de las responsabilidades civiles, penales y administrativas
Oscar Wilde, decía que: “El sarcasmo es, la forma más baja de ingenio, pero la más alta expresión de inteligencia”, estas palabras resumen la ironía y la forma burda de cómo se está ridiculizando la esfera pública.