Plan económico

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Teresa Nuques

(Expreso)

Luego de una larga espera, el Gobierno anunció el lunes pasado su plan económico concentrado en ejes programáticos, que si bien le ha dado un respiro a la clase media que esperaba el incremento de impuestos directos y el fin de los subsidios, nos dejó sin embargo, con dos preguntas interesantes: ¿cómo se ejecutará este plan y quiénes serán los llamados a convertirlo en una realidad?

La interesante propuesta de la disminución del tamaño del Estado conlleva un trabajo de definición de cuáles son las instituciones que desaparecerán, y la precisión clara del procedimiento a seguir. Por ejemplo, si lo que se hará consistirá en liquidar algunas de las ya existentes o si se fusionarán entre ellas; y lógicamente, la determinación de cuánto representa implementar esta decisión. Me refiero, por mencionar algunas, a la indemnización laboral, a la reutilización de edificios y mobiliario público, etc.

La idea de la ministra de Finanzas de que “no se trata de quitar funciones, no es dejar de hacer, es hacer con menos”, conlleva el aprovechamiento del recurso público y la optimización del gasto. Para ello el trabajo articulado y el reconocimiento de los espacios de los sectores públicos y privados debe retomarse para el desarrollo económico…

En ese sentido, el bajar los aranceles, trabajar en los acuerdos que promuevan la inversión y el intercambio de bienes y servicios de manera global, así como establecer esquemas de contratación laboral de carácter general para optimizar el empleo y generar oportunidades a quienes no tienen aún trabajo formal, se convierten ahora en parte de esta nueva estrategia anunciada y para la cual el tiempo ha comenzado a correr.

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