La mañana del 27 de junio comenzó con un inesperado hallazgo en la parroquia rural Puente de Aláquez, en la provincia de Cotopaxi. Cerca de las 08h45, una vecina que cuidaba a sus terneros en las inmediaciones del río Aláquez se llevó una impactante sorpresa al descubrir un cuerpo sin vida flotando en el agua.

La escena la dejó en shock, pero su rápida reacción fue clave para activar la respuesta de las autoridades. Al ver el cuerpo, la mujer pidió ayuda inmediata a sus vecinos y juntos dieron aviso al ECU 911, que movilizó a la Policía Nacional y a los Bomberos de Latacunga.
Estos últimos trabajaron arduamente para rescatar el cuerpo del río y entregarlo a las autoridades. La intervención de los equipos especializados permitió que el levantamiento del cadáver se realizara con prontitud y sin mayores contratiempos. La víctima fue identificada como Francisco, un hombre oriundo de Laigua Bellavista que residía en calidad de arrendatario en el sector de Puente de Aláquez.
Según el testimonio de su hermano, Francisco enfrentaba una lucha constante contra el alcoholismo, un problema que lo había afectado durante años y que posiblemente esté vinculado con el trágico desenlace de su vida. La familia aún se encuentra consternada y busca respuestas sobre lo ocurrido.
El fiscal de turno llegó al lugar para supervisar el levantamiento del cadáver y ordenar las primeras diligencias en la escena. Las investigaciones preliminares se centran en esclarecer las circunstancias que rodearon la muerte del hombre.
Este suceso pone en evidencia las vulnerabilidades que enfrentan personas en zonas rurales, donde los problemas de salud mental y adicciones muchas veces carecen de atención oportuna. La tragedia del hombre no solo conmueve a Puente de Aláquez, sino que también es un llamado a la reflexión sobre la importancia del apoyo social, la prevención y el fortalecimiento de redes comunitarias que puedan brindar ayuda a quienes más lo necesitan.