DENUNCIA
Dylan Vargas, reconocido músico y docente de la ciudad de Riobamba, ha denunciado públicamente que, su identidad, documentos y firma fueron falsificados para adjudicar un contrato público millonario, en un hecho que pone en jaque la transparencia en la administración pública provincial.

El contrato en cuestión, registrado en el Sistema de Compras Públicas (Sercop) bajo el código COTS-HGADPCH-2025-001 y con un monto aproximado de 300 mil dólares, está destinado a la organización de eventos conmemorativos por los 201 años de provincialización de Chimborazo.
Sin embargo, detrás de esta celebración se esconde un presunto acto de corrupción que ahora está siendo investigado por la Fiscalía General del Estado. Vargas, quien lleva más de 15 años dedicado a la música y a la enseñanza, expresó su profunda indignación y dolor por esta situación.
En un video publicado en sus redes sociales, denunció la usurpación de su identidad y la manipulación de su esfuerzo y el de su familia para “llenarse los bolsillos” a costa del arte y la cultura. “Es una vergüenza ver cómo se anclan en todo mi trabajo para sustentar un fraude que daña a toda la comunidad artística de Riobamba”, afirmó.
La denuncia fue presentada el pasado 9 de junio, y al día siguiente las autoridades judiciales comenzaron la toma de versiones para esclarecer lo ocurrido. El caso ha generado incertidumbre entre los ciudadanos, que reclaman transparencia.
El artículo 327 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) establece que la falsificación y el uso indebido de documentos públicos pueden ser sancionados con penas de prisión de tres a cinco años, lo que coloca a los implicados en una situación legal comprometida.
Pero más allá de la denuncia legal, el músico hace un llamado a la comunidad artística y a la sociedad en general para no permitir que este tipo de actos corrompan el trabajo honesto y dedicado de quienes han luchado por construir un espacio justo para la cultura local. “El arte no puede ser cómplice del fraude.
Esto es un llamado para proteger lo que hemos construido con esfuerzo y dedicación”, subrayó. Este caso no solo pone en evidencia la fragilidad de los procesos públicos en la provincia, sino que también despierta un sentimiento de desconfianza entre artistas y ciudadanos que han visto cómo la corrupción ha socavado durante años sus espacios y oportunidades.