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martes, enero 21, 2025

PRIMER DIA DE NOVENA

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Zacarías

Una fraternidad herida

Queridos Hermanos:

Hoy iniciamos nuestra Novena de Navidad, con el tema “Jesús, pan vivo bajado del cielo”, en preparación al 53° Congreso Eucarístico que se celebrará en septiembre del 2024. En este primer día Zacarías, nos manifiesta cómo su oración confiada al Señor tiene su recompensa. Él y su esposa Isabel, reciben el regalo de ser padres pese a una fraternidad herida ocasionada por sus dudas y temores; Dios siempre cumple su promesa.

Iniciamos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

BENDICIÓN DEL PESEBRE

* Ritos iniciales

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Durante estos días contemplaremos asiduamente en nuestro hogar este pesebre y meditaremos el gran amor del Hijo de Dios, que ha querido habitar con nosotros. Pidamos, pues, que Jesús, pan vivo bajado del cielo, avive en nosotros el don de la fraternidad y nos ayude a celebrar más intensamente estas fiestas de Navidad.

Amén.

* Oración de bendición

Oh Dios, Padre nuestro,

que tanto amaste al mundo

que nos has entregado a tu único Hijo Jesús,

nacido de la Virgen María,

para salvarnos y llevarnos de nuevo a ti,

te pedimos que con tu bendición +

estas imágenes del nacimiento

nos ayuden a celebrar la Navidad con alegría

y a ver a Cristo presente

en todos los que necesitan nuestro amor.

Te lo pedimos en el nombre de Jesús

Tu Hijo amado,

Que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Padre Nuestro; Ave María y Gloria.

* Conclusión del rito

Cristo, el Señor,

que se ha aparecido en la tierra

y ha querido convivir con nosotros

nos bendiga y nos guarde en su amor. Amén.

ORACIÓN INICIAL

Señor Jesucristo.

Pan vivo bajado del cielo:

Mira al pueblo de tu corazón que hoy te alaba, te adora y te bendice.

Tú que nos reúnes alrededor de tu mesa para alimentarnos con tu cuerpo,

haz que superando toda división, odio y egoísmo,

nos unamos como verdaderos hermanos,

hijos del Padre Celestial.

Envíanos tu Espíritu de amor,

para que buscando caminos de fraternidad:

paz, diálogo y perdón,

colaboremos para sanar las heridas del mundo.

Amén.

-Oración para el 53° Congreso Eucarístico

– Internacional – Quito 2024

Lectura del santo Evangelio según san Lucas

Lc 1, 11-20

Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y un gran temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: “No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien pondrás el nombre de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será grande a los ojos del Señor. Convertirá a muchos israelitas al Señor; irá delante del Señor a prepararle un pueblo dispuesto a recibirlo. Pero Zacarías replicó: “¿Cómo podré estar seguro de esto? Porque yo ya soy viejo y mi mujer también es de edad avanzada”. El ángel le contestó: “Yo soy Gabriel, el que asiste delante de Dios. He sido enviado para hablar contigo y darte esta buena noticia. Ahora tú quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que todo esto suceda, por no haber creído en mis palabras que se cumplirán a su debido tiempo”.

Palabra del Señor.

Reflexionemos

El nombre “Zacarías” significa “Dios se ha acordado”, en hebreo. ¿de qué “se ha acordado” Dios aquí? En primer lugar, de la súplica del mismo Zacarías, que no había podido tener hijos. Le dice el ángel: “Tu súplica ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará un hijo”.

Pero, antes de eso, Dios se ha acordado de su pueblo, un pueblo necesitado de alegría, de conversión y de apertura a Dios.

Por eso Dios envía a Juan como su profeta. Para que, a través de sufidelidad a la voz de Dios (“Juan” significa “hombre fiel a Dios), el pueblo “se alegre”, “se convierta” al Señor y esté “dispuesto a recibirlo”, como hemos escuchado en la lectura.

Zacarías, sin embargo, a diferencia de Dios, parece que no “se acuerda” de los demás. Que piensa sólo en sus cosas: “¿Cómo podré estar seguro de esto? Porque yo ya soy viejo y mi mujer es de edad avanzada”, responde. Su fraternidad está como “herida”. No piensa en los demás. Por eso dice el ángel: “Tú quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que todo esto suceda”.

Porque, ¿para qué nos sirve poder hablar, si no es para el bien de los demás? ¿Para qué queremos tener voz, si no queremos transmitir el mensaje del Señor? Sabemos que Zacarías cambió.

Que, cuando nació Juan, proclamó ante todos, con un hermoso cántico, las maravillas de Dios y su llamado a la conversión.

Que la llamada que Dios nos hace a servir a los demás sea lo que más nos llene de “alegría y regocijo”.

Mons. Eduardo Castillo Pino

Arzobispo de Portoviejo

ORACIÓN FINAL

Un Hijo se nos ha dado.

Eres tú, Jesús,

el Hijo que me hace hijo.

Me amas como soy,

no como yo me creo que soy; yo lo sé.

Al abrazarte, Niño del pesebre,

abrazo de nuevo mi vida.

Acogiendote, Pan de vida,

también yo quiero entregar mi vida.

Tú que, me salvas, enséñame a servir.

Tú que no me dejas solo,

ayúdame a consolar a tus hermanos,

porque -Tú sabes- desde esta noche

todos son mis hermanos.

Amén
-Papa Francisco

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