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Las soberanas de de Chimborazo realizaron un recorrido lleno de historia, misticismo y naturaleza por el las lagunas de Atillo, ubicado en el cantón Guamote. El viaje inició en la Laguna de Colay, considerada el primer espejo de agua que da la bienvenida a los visitantes y cuya belleza cautivó desde el primer momento a las participantes.

Separada por totora de la Laguna Blanca o Magdalena, la Colay se conecta con una imponente isla central, rodeada de relatos ancestrales que despiertan la imaginación de quienes la visitan. Según las tradiciones orales de la zona, en estas orillas se habría celebrado una misa ancestral, tras la cual emergió una serpiente que descendió por el valle, originando el actual río Atillo.
Durante el recorrido, las reinas conocieron la llamada “Isla de Castigo de Atahualpa”, donde, según la leyenda, se abandonaba a los malhechores como forma de castigo. Aquellos que sobrevivían al frío y la soledad, o lograban nadar hasta la orilla, demostraban su inocencia. En su interior, aún se conserva un misterioso ojo de agua y huevos cuya procedencia continúa siendo un enigma.

Gracias al esfuerzo del emprendimiento turístico liderado por Edgar Cajilema y su familia, los turistas pueden realizar un paseo en bote desde la orilla hasta la enigmática isla, sumergiéndose en una experiencia única y vivencial que une naturaleza con legado cultural.
Además, las soberanas pudieron observar la cercana Laguna de Kuyuc, famosa por el avistamiento de los cuvivíes, aves que protagonizan un espectacular descenso entre los meses de agosto y septiembre, considerado uno de los fenómenos naturales más llamativos de la zona.