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domingo, septiembre 7, 2025

Rescatar nuestro patrimonio arquitectónico

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El patrimonio arquitectónico de nuestras ciudades y pueblos es más que piedra, madera o adobe. Es la memoria viva de quienes nos precedieron, el testimonio silencioso de batallas, celebraciones, encuentros y transformaciones sociales. Iglesias centenarias, plazas donde se forjó la vida comunitaria y casonas que guardan historias familiares forman parte de un legado que nos da identidad y sentido de pertenencia.

Sin embargo, en la actualidad, gran parte de este patrimonio se encuentra en riesgo. El paso del tiempo, la falta de mantenimiento y, en ocasiones, la indiferencia de autoridades y ciudadanos amenazan con borrar páginas enteras de nuestra historia. Cada edificio que se derrumba o se reemplaza sin criterio es una pérdida irreparable, no solo para la región, sino para el país entero.

Rescatar el patrimonio arquitectónico no debe ser visto como un lujo, sino como una necesidad. Estos espacios pueden convertirse en motores culturales y turísticos, capaces de dinamizar la economía local y atraer visitantes. Además, su preservación fortalece la identidad regional y refuerza el orgullo de pertenecer a un territorio con historia propia.

La tarea exige corresponsabilidad. Las autoridades deben garantizar planes de conservación, destinar presupuestos adecuados y fomentar políticas de restauración con criterios técnicos. Las universidades y expertos en patrimonio pueden aportar con investigación y capacitación. Y la comunidad tiene un rol clave: valorar, defender y apropiarse de estos espacios como parte de su vida cotidiana.

Cuidar una iglesia antigua, restaurar una casona o proteger una plaza no es solo preservar el pasado, es construir un puente hacia el futuro. Un pueblo que honra su memoria arquitectónica es un pueblo que entiende que el desarrollo no se consigue destruyendo lo heredado, sino integrándolo con visión y respeto.

En definitiva, rescatar nuestro patrimonio arquitectónico es rescatar nuestra historia, nuestra cultura y nuestra identidad. Y en ese esfuerzo, todos tenemos un papel que cumplir.

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