INTERNACIONAL
En un momento cargado de simbolismo y emoción, la Iglesia Católica tiene un nuevo líder espiritual: el cardenal Robert Prevost ha sido elegido como el papa número 267 y será conocido como León XIV. La elección se llevó a cabo en el marco de un cónclave histórico, marcado por la reciente muerte del papa Francisco, ocurrida el 21 de abril de 2025.

El humo blanco que emergió de la Capilla Sixtina este jueves confirmó lo que millones de católicos esperaban: los 133 cardenales reunidos en Roma llegaron a un consenso. A sus 69 años, Prevost fue recibido con entusiasmo por la multitud que se congregó en la Plaza de San Pedro, donde apareció por primera vez como Sumo Pontífice, visiblemente conmovido, con lágrimas en los ojos.
Nacido en Chicago el 14 de septiembre de 1955, Robert Prevost es miembro de la Orden de San Agustín. Su vínculo con América Latina comenzó en 1985, cuando fue enviado a Perú como misionero.
Durante una década, dirigió el seminario agustiniano en Trujillo, ciudad donde también solicitó la nacionalidad peruana. Desde entonces, ha mantenido una profunda conexión con el país andino y con el mundo hispanohablante, siendo completamente fluido en español.
Reconocido por su carácter conciliador y su perfil discreto, Prevost fue descrito por el diario La Repubblica como “el menos estadounidense entre los estadounidenses”, en referencia a su estilo moderado y su fuerte identidad latinoamericana. Era considerado uno de los favoritos en el cónclave, gracias a su cercanía con Francisco y a su visión de una Iglesia en transformación.
Con estudios en Matemáticas en Filadelfia y un doctorado en Derecho Canónico obtenido en Roma, el nuevo pontífice se enfrenta ahora a una misión desafiante: continuar con las reformas impulsadas por su predecesor, atender las divisiones internas en la Iglesia y fortalecer el vínculo con los fieles alrededor del mundo.
Durante las deliberaciones previas a la elección, los cardenales discutieron los retos actuales de la Iglesia, incluyendo temas de inclusión, transparencia y renovación espiritual. El cardenal ecuatoriano Luis Cabrera fue uno de los participantes activos en este diálogo global que desembocó en la elección de León XIV.
“Queda mucho por hacer”, había dicho Prevost tras la muerte de Francisco. Ahora, como nuevo líder de más de mil millones de católicos, tendrá la responsabilidad de convertir esas palabras en acción.