JUSTICIA
En una jornada tensa y rodeada de medidas de seguridad extremas, Daniel Salcedo, uno de los principales implicados en diversos escándalos de corrupción, rompió el silencio este 27 de junio sobre el asesinato del excandidato presidencial Fernando Villavicencio, ocurrido el 9 de agosto de 2023.
Ante un juez y un fiscal, y desde una cámara Gesell para garantizar su protección, Salcedo ofreció detalles cruciales sobre los presuntos autores intelectuales del crimen que conmocionó al país.
En un ambiente de máxima reserva, Salcedo confirmó la existencia de pagos vinculados al asesinato, aunque su relato se mantuvo ambiguo y falto de pruebas. Inicialmente, mencionó dos pagos, pero más tarde amplió la cifra, sugiriendo que podrían haber sido tres los desembolsos destinados a ejecutar el homicidio. Sin embargo, la falta de claridad sobre los montos y los responsables directos dejó en suspenso su testimonio.
Según fuentes cercanas, Salcedo detalló que, si bien no podía precisar cómo se gestionaron los pagos, afirmó haber conocido de su existencia en su rol como “rastreador”. A pesar de la gravedad de sus declaraciones, el testigo no aportó elementos sólidos que respaldaran sus acusaciones.
El abogado de José Serrano, Carlos Manosalvas, comentó que Salcedo solo se limitó a mencionar un “Pepe”, sin confirmar si se refería a Serrano. Este testimonio débil, según Manosalvas, no fue acompañado de pruebas directas, lo que pone en duda la veracidad de sus palabras.
Salcedo también mencionó cifras que varían entre los USD 20,000 y los USD 200,000 como posibles montos involucrados en la ejecución del asesinato. Además, apuntó a Xavier Jordán, un prófugo de la justicia, como el presunto financista del crimen, un dato explosivo que suma complejidad al caso.
Las palabras de Salcedo no dejaron satisfechos a los abogados de los implicados. Damaris Cáceres, abogada de Jorge Glas, rechazó cualquier vinculación de su cliente con el asesinato, pero admitió que el testigo mencionó de manera aislada al movimiento político Revolución Ciudadana. Esta alusión, aunque vaga, ha generado incertidumbre sobre la profundidad de la conexión política en el asesinato de Villavicencio.
