Por: Hugo Moreno Romero
Dice un proverbio chino: “Si haces planes para un año, siembra arroz. Si los haces por dos lustros, planta árboles. Pero si los haces para toda la vida, educa a una persona”.
Maestros de Riobamba y del país, maestros de la UNEJCH que hicieron historia, que durante tres y cuatro décadas transitaron por el campo y la ciudad, maestros de educación básica, bachillerato y educación superior. Eso es a lo que os habéis entregado vosotros, con intensidad y vocación, a lo largo de toda vuestra vida profesional: a educar no a una sola persona, sino a cientos y miles de niños y jóvenes que hoy en día son en gran parte lo que vosotros habéis hecho de ellos: personas en conocimientos y habilidades, sobre todo, en valores de justicia, de solidaridad, de tolerancia y de respeto hacia sus semejantes, principios que definen lo más íntimo de la identidad chimboracense y ecuatoriana.
Por ello hoy, que celebramos con orgullo y alegría el día del maestro, quiero rendir un justo homenaje para valorar en su justa medida la labor que, por cotidiana, en muchas ocasiones pasa desapercibida, como acertadamente enfatizaba Víctor Hugo, “el porvenir está en manos del maestro de escuela”.
Mucho se podría decir de vuestras enseñanzas, y todo sería poco, pero hoy, quiero destacar otra de vuestras habilidades, cual es la de aprender.
Puede sonar extraño que se diga esto a un maestro, pero no puedo menos que suscribir, palabra por palabra, la recomendación de Cicerón que dice que “si quieres aprender, enseña”.
Y es que vuestra carrera docente ha estado impregnada por el continuo aprendizaje.
Es oportuno que algo ha permanecido inalterable en el tiempo: y ese algo son los maestros, la cara humana, la voz amiga, el ejemplo para nuestros niños y jóvenes, a los que los habéis acompañado en su asomarse a la vida y a la sociedad; en su asomarse a su interior para descubrir las grandezas que portaban.
Una etapa que no se ha terminado, sino que sigue con la misma ilusión y entusiasmo para seguir aprendiendo y enseñando como auténticos maestros para vuestros hijos y para vuestros nietos y bisnietos.
Un maestro nunca se jubila. Porque un maestro se perpetúa en sus alumnos, en sus discípulos. En esas mujeres y hombres que guardan los mejores recuerdos de ustedes y reconocen que lo que son: buenos profesionales, buenos padres de familias, buenos ´políticos, se debe a ustedes. Cada uno de ellos rinde homenaje en su corazón y en su conciencia.
Hoy sienten la satisfacción del deber cumplido y sienten la alegría y el entusiasmo como el primer día de su labor docente, por eso un maestro jubilado no envejece.
Gabriel García Márquez decía: “No es cierto que la gente deja de perseguir sus sueños porque envejecen, envejecen porque dejan de perseguir sus sueños.”
Descansar no es ociosidad y tumbarse a veces en la hierba bajo los árboles en un día de verano, escuchar el murmullo del agua, o ver las nubes flotar en el cielo azul no es una pérdida de tiempo.
La jubilación ha sido un bello descubrimiento de belleza. Nunca tuve tiempo de notar la belleza de mis nietos, mi esposa, del árbol de molle en el rincón de mi casa o en el bosque lejano. Y de la belleza del tiempo en sí., de cada minuto, de cada instante
Amigos jubilados, la jubilación es la juventud para hacer todas las cosas que no hicimos cuando teníamos menos años. La jubilación es una actitud de abrazar los años venideros con entusiasmo en lugar de apatía.
Con razón Albert Einstein decía: “Vivo en esa soledad que es dolorosa en la juventud, pero deliciosa en los años de madurez.”
Debemos dar gracias a Dios y a la vida de tener esta inigualable oportunidad de disfrutar nuestra jubilación porque, podemos dormir todos los días. Hacer crucigramas, jugar cartas, caminar, leer, disfrutar calmadamente de las golosinas y como comer pastel.
No hay mayor placer que el que nos da un trabajo bien hecho. Es momento de relajarse, porque todo lo que pudimos hacer por nuestros estudiantes lo realizamos y lo seguimos realizando con creces.
Ser viejo es cuando no queremos aprender nada nuevo excepto cómo ser viejo, pues, retirarse del trabajo no significa retirarse de la vida. Es el comienzo, no el final.
Maestros jubilados de la UNEJCH que tengan un feliz día. Disfruten cada segundo, recuerden toda una vida de maravillosas conquistas en favor del ser humano y renueven su esperanza de seguir viviendo la juventud del maestro.
Quiero aprovechar la oportunidad para rendir un justo homenaje al Doctor Manuel Freire Heredia, Maestro de maestros que entregó su vida a la educación y hoy con la misma vitalidad ha puesto al servicio del centro del país uno de los mejores diarios del país. Feliz día del Maestro.