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sábado, julio 26, 2025

Se desgrana el choclo

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Por: Ugo Stornaiolo

La peor crisis del correísmo desde 2006, cuando unos jóvenes tomaron el nombre de su movimiento en la Católica de Guayaquil, volviéndolo una maquinaria electoral populista: Alianza PAIS. Entre otros estaban Correa, Camilo Samán, Martha Roldós (hija de Jaime), Walter Solís y María Duarte (funcionarios de su gobierno, hoy prófugos).

El economista Eduardo Valencia (+) dijo que su pequeña o gran culpa, fue invitar al desconocido Correa al Foro Ecuador Alternativo -tiempo de los “forajidos“ antes de la caída de Gutiérrez- y “presentarlo a la sociedad“, como académico y político, vinculado a movimientos sociales y al progresismo.

“Cuando le invitamos, jamás nos habló del socialismo del siglo XXI. Esa idea la asumió después, cuando armó su proyecto político y se vinculó con Hugo Chávez”, comenta. “Al comienzo se sostuvo en los indígenas y trabajadores. En el camino les bajó de la camioneta y se llevó la camioneta“, agrega.

La RC, guarida de rufianes buscando impunidad. El sentenciado exvicepresidente Glas (hijo de pedófilo y acosador de su secretaria), Orlando Pérez y Augusto Barrera (exterroristas de jóvenes), Floresmilo Villalta (otro pedófilo protegido por el poder) o el “profesor” de natación de La Condamine y violador de menores (del caso “Principito”).

Se rasgan las vestiduras por el asambleísta Díaz Asque (asco, más bien) que, como legislador, buscó impunidad por violar a una menor de 12 años. Quería reformas legales en el “consentimiento para tener relaciones sexuales desde los 14 años”. Algunos conmilitones firmaron sin leer.

Díaz -persona de confianza de Correa-: un matón que, en tiempos del correísmo, estuvo a sueldo en la siniestra Senain e involucrado en la agresión a un periodista, Alfonso Pérez, director del portal Ecuador en Vivo.

“Aunque se jacten en el partido correísta de que ‘no hay espacio para los abusadores’, aunque lo haya, y de sobra, para rateros y narcotraficantes”, dice Roberto Aguilar. Los alcaldes de Quito y Guayaquil (cuadros de RC) en líos. A Muñoz le salió mal lo del estadio Atahualpa, podrían revocarlo y es cuestionado por contratos del metro, la importación de troles y la falta de agua en el sur. Álvarez, matón de barrio desafiando a puñetes a un comunero de Chongón y con problemas por contratos de obras públicas.

Para rematar, la excandidata presidencial de RC, Luisa González, llamó “tuerta de m…” a una militante, la asambleísta Yajaira Urresta (perdió un ojo en la revuelta de 2019), que le respondió que “no es chonguera” y se fue de la RC. El choclo se desgrana.

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