Por: Edgar Frías Borja
Hay un dicho o máxima que dice; “hecho la Ley está también hecha la trampa” y se lo aplica a quien procura eludir o quebrantar una orden promulgada; es decir se refiere a quien incumple las normas establecidas, con argucias o sustentos deleznables.
Con este comentario, como antecedente, ahora solo nos queda esperar que se salve quien lo pueda, porque una caterva de violadores, en este “País de Manuelito”, hace y desasen con ellas, como les viene en gana. Aquí, todos o casi todos son vírgenes cumplidoras de las normas o damicelas empedernidas en violarlas. Los argumentos que esgrimen, para sostener sus despropósitos, resultan unos más torpes que otros, convirtiéndose en simples leguleyadas.
Los que acolitan la trasgresión o permiten esas violaciones, son tan canallas como los que dos primeros, porque a sabiendas que el acto es que canallesco, antijurídico e ilegal, hacen mutis o alientan las mismas. La falta de frontalidad en los pronunciamientos de los encargados a hacer cumplir las leyes, les convierte en bastardos, que no merecen representar a la majestad de la justicia.
Declaraciones, tibias, confusas y sin mayor sustento emitidas por parte de la autoridad competente, solo abonan a que la injusticia o inobservancias de las leyes, abone a la confusión y al maniqueo de las mismas.
El oficialismo, hoy convertido en actor electoral, utiliza todos sus argumentos a su favor para decir que lo que está haciendo lo hace en amparo a la Ley; mientras que, los detractores le dicen, no señor usted está infringiendo la Ley, eso no dice la Constitución, eso no señala el Código de la Democracia. Entonces el pueblo llano, se pregunta, quien mismo tiene la razón.
Los entendidos en la materia, los llamados “constitucionalistas”, que por la diversidad de criterios que exponen, más parece que ha estudiado constituciones de otros países y no la del nuestro, tampoco dan pie con bola; acrecentando la incertidumbre, penuria agonía jurídica.
Basta ya señores, de tratar al pueblo ecuatoriano como si fuéramos una tarea de ignorantes, que no entendemos que a los políticos inescrupulosos, solo les interesa el show, el dar circo al pueblo, para pescar a río revuelto. Como soñar no cuesta nada, exigimos a la Corte Constitucional, a la Corte Nacional de Justicia, a las Unidades Judiciales, a los Tribunales y Cortes Provinciales, a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (IDH), al Tribunal Contencioso Electoral, a Disculpas Públicas, a los colegios de abogados, a las facultades de derecho de las universidades, y a todos los entes responsables de velar por el cumplimiento irrestricto de la Ley a que, se pare con esta perversa manipulación del derecho y se sancione ejemplarmente a los infractores; sea estos, quienes sea, Por algo se dice que, nadie está por sobre la ley, pero del dicho al hecho, hay un extenso trecho, porque todo queda solo en palabras y no en realidades concretas.