ASCENSO
La decisión de Sonorama FC de dar un paso al costado antes de disputar los playoffs del Torneo de Ascenso a la Serie B, evidencia un problema estructural que se arrastra desde hace años, la ausencia de reglas claras y una falta de gestión.
El fútbol provincial vuelve a tropezar con la misma piedra; la falta de planificación y la improvisación en la Asociación de Fútbol No Amateur de Chimborazo (AFNACH). Mientras en otras provincias del país los campeonatos se desarrollan con normativas definidas desde el arranque, en Chimborazo el panorama es distinto.
Aquí, los equipos y jugadores se ven sometidos a decisiones tardías, cambios de última hora y un manejo dirigencial cuestionable. La provincia pierde a otro de sus representantes, sumando a la ausencia del Independiente San Pedro de Alausí (Cisneros), que tampoco logró continuidad tras el cuadrangular provincial.
El retiro de Sonorama se da por el desgaste y de la falta de respaldo hacia los clubes locales. La dirigencia del equipo reconoció que no tenía garantías sobre su participación en la siguiente fase y que, en respeto a la provincia, prefirió liberar a sus jugadores antes de contraer compromisos inciertos, ¿cómo se puede hablar de desarrollo futbolístico si la propia organización no ofrece estabilidad? La AFNACH, en teoría, debería ser el ente que garantice transparencia, seguridad y orden en los torneos. Pero la práctica demuestra lo contrario.
Cada temporada, los equipos tienen un calendario escueto, procesos poco claros y a decisiones que parecen improvisadas y mientras no haya cambios de fondo, lo más probable es que la historia se repita, dejando a Chimborazo relegada en el fútbol provincial.
