Por : Daniel Soto
Tras el concierto de Bud Bunny, Ecuador queda extasiado por haber recibido al cantante más influyente del mundo en la historia de la música. 6 días después viviremos el frenesí mundialístico que dura 30 días. A partir de ahí, nuestra mente estará en el regocijo familiar de la navidad para terminar el año quemando un monigote el 31. Así que invito al lector a marcar su camino para sacarle provecho a estos últimos 44 días del año.
Con Bad Bunny no es solo el hecho de que haya pasado por Ecuador, sino que la organización fue casi impecable. La venta de entradas fue en línea, no se reportaron entradas falsas. El día del evento la seguridad y el orden fue el adecuado. En las afueras la gente estuvo tranquila casi en su totalidad, no hubo el famoso portazo tercermundista. Adentro, el ambiente fue de fiesta y muchos pudieron ver algo del concierto gracias a Diana Carolina. Mándenle unas flores de mi parte.
Se fue Benito e inmediatamente nos concentramos en la alegría del mundial, en donde históricamente jugaremos la inauguración. Uno de los países más ricos del mundo nos recibirá en su casa para jugar uno de los partidos de mayor sintonía. Tras saber que un gol en contra de Ecuador vale 7 millones de dólares, podemos estar seguros de que esta selección hará historia en el mundial. Espero que esos jugadores sepan que un buen desempeño en el mundial les pagará mucho más en sus carreras, que un soborno para simular ser mediocres.
El mundial de fútbol es fiesta a pesar del resultado, y mientras tanto, en Quito viviremos sus fiestas. El fin de semana del 6 de diciembre, se festejará a la Capital. Traducido a más conciertos, fiestas y eventos culturales que nos esperan en 3 semanas.
Después de coronar al campeón del mundial, en 7 días será Navidad. De hecho, la capital ya se ha vestido de luces navideñas. Los colores otoñales café, verde, rojo y amarillo, predominan, y traen consigo un olor a cardamomo, café y Palo Santo, lo que nos recuerda que el año está a punto de acabar.
Cuenta regresiva para quemar el monigote, y en medio de todo, hay mucha fiesta. No descuide sus ventas; aprovéchelas, más bien. Empuje con alegría e inteligencia estos últimos días del año y coseche los frutos de un año que todavía puede llegar a ser bueno.
Este ha sido un año con muchas cosas para olvidar, no podemos cambiarlo, pero eso no significa que debamos sentirnos culpables por sonreír cuando se pueda. De lo malo olvídese, si no está bajo su control, no le dedique energías. De las fiestas cuídese, que los excesos son traicioneros. Pongamos el enfoque en la recta final, que ya no falta nada.