Un conocedor del tema, lanza un SOS sobre la impactante presencia de perros en la ciudad y su gravedad para la salud humana. En el análisis realizado al respecto, concluye que en el año, cerca de 22 toneladas de excrementos caninos por cada 100 perros callejeros, se desperdigan en la ciudad. Si a esto se suma el hecho de que numerosas personas sacan a sus perros para que hagan sus necesidades en las calles y parques y en la mayoría de los casos, esos excrementos no son recogidos por sus dueños, la situación de la salud ambiental se complica aún más. ¿Y acaso no es parte de esta realidad fecal en el ambiente urbano el producido por gatos, palomas, roedores e inclusive las heces de ser humano que vienen desde las más reprochables malas costumbres?
Según expertos de la OMS, “la contaminación con heces de perros, puede ser de mayor o menor grado, pero el riesgo para la salud es alto porque los huevos de los parásitos flotan en el medio ambiente y pueden ser absorbidos por las personas al respirar”. Pueden transmitirnos enfermedades parasitarias, provocar enfermedades virales (rabia) y bacterianas (leptopirosis) que provocan problemas renales y aborto en gestantes. El problema se agrava en los niños que frecuentemente son lamidos por los canes.
Y aquí cabe una pregunta a manera de reflexión. ¿Qué grado de higiene, aseo, presentación hay en la venta callejera de ceviches de chochos, manzanas con dulce, pastas y bocadillos, espumilla, helados, hornado, fritada, jugos de fruta, granizados y otros alimentos y golosinas que se expenden a diario en varios sectores de la urbe? El derecho al trabajo no implica que las ventas callejeras no cumplan con las mínimas exigencias sanitarias en prevención y cuidado de la salud colectiva.
Si consideramos que “La salud del pueblo es la suprema ley”, cualquier nivel de control y exigencia al respecto, siempre será bienvenido, sea que venga del Municipio mediante ordenanzas o de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (ARCSA). Más de 22 toneladas de excrementos desperdigados anualmente en la ciudad es un tema que amerita tomarlo muy en serio en defensa de la salud colectiva.