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domingo, agosto 10, 2025

Tragedia en Bolívar deja cinco muertos y más de 20 heridos

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ACCIDENTE

La madrugada del 9 de agosto de 2025, un trágico accidente sacudió la parroquia Balsapamba. En el sector de Alungoto, un bus interprovincial de la cooperativa San Juan, que cubría la ruta San Miguel – Montalvo, perdió el control tras colisionar con un automóvil liviano, cayendo a un abismo de más de 20 metros de profundidad.

Escena del accidente en Alungoto, Bolívar, donde un bus cayó a un abismo de 20 metros tras colisionar con un vehículo liviano.

El fuerte estruendo despertó a los residentes, quienes rápidamente se dirigieron al lugar, donde la tragedia ya había dejado víctimas fatales.

El saldo, cinco personas fallecidas, entre ellas un menor de edad, y al menos 22 heridos, algunos de gravedad. Sin embargo, lo más doloroso es que esta tragedia no fue un accidente fortuito. Fue el resultado de la suma de factores previsibles y evitables: infraestructura en ruinas, falta de señalización y la indiferencia institucional que, una vez más, cobra vidas inocentes.

El lugar del siniestro no es desconocido para los habitantes del sector. La vía que conecta San Miguel con Balsapamba ha sido denunciada por su mal estado durante años. Las últimas semanas, con lluvias constantes, el terreno había cedido en varios tramos.

Uno de ellos fue donde el bus encontró su final. “Aquí todos sabíamos que algo así iba a pasar. Esa curva es peligrosa, y la calzada ya estaba cediendo por debajo. Solo pusieron una cinta amarilla, como si eso fuera a detener una tragedia”, cuenta indignado Mauricio Lema, un agricultor de la zona que fue uno de los primeros en llegar al lugar del accidente.

Esa “cinta amarilla” que menciona era la única advertencia visible. Sin luces, sin barreras físicas, sin personal de tránsito, nada. Apenas un delgado pedazo de plástico ondeando al viento, como símbolo del abandono estatal. Minutos después del siniestro, vecinos del sector corrieron a ayudar.

Sin esperar a las autoridades, comenzaron a rescatar a los pasajeros con sogas, linternas y herramientas improvisadas. “Escuchamos los gritos desde la montaña. Bajamos corriendo y con lo que pudimos ayudamos a sacar a la gente. Algunos estaban atrapados entre los asientos, otros gritaban desde el fondo”, relata Cristina Arcos, una joven que vive a pocos metros del lugar.

Media hora más tarde, unidades de la Policía Nacional, Cuerpo de Bomberos, ambulancias del Ministerio de Salud y agentes de tránsito llegaron al sitio para continuar con las labores de rescate. Los heridos fueron trasladados a los hospitales de San Miguel, Guaranda y Babahoyo. Entre ellos se encuentran dos niños, una mujer embarazada y varios adultos mayores.

Según testigos y reportes preliminares del ECU 911 y la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), el bus de la cooperativa San Juan bajaba por una pronunciada pendiente cuando, aparentemente, sufrió una falla mecánica en los frenos. El conductor perdió el control y, en su intento por esquivar un vehículo liviano que venía en sentido contrario, el bus terminó por caer al abismo.

El choque inicial se dio con un automóvil rojo, que también resultó gravemente afectado. El bus, sin posibilidad de detenerse, se desvió hacia el borde del barranco y cayó violentamente, dando varias vueltas antes de detenerse en el fondo del precipicio.

La escena que encontraron los equipos de emergencia fue dantesca: hierros retorcidos, cuerpos atrapados, gritos de auxilio. Un caos de dolor en medio de la oscuridad.

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