10.4 C
Riobamba, EC
sábado, marzo 15, 2025

Un legado de cultura y tradición

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email

TRADICIÓN

La historia de Penipe se ha construido con el esfuerzo de su gente, sus costumbres y la riqueza cultural que han sabido preservar a lo largo del tiempo. Entre estas tradiciones destaca una de las iniciativas más recordadas del cantón: los Carnavaleros del Ñato Baldeón, una agrupación que con su música ha dado vida a las festividades de Carnaval.

Los Carnavaleros del Ñato Baldeón llenaron a Penipe de música y tradición.

Este legado, nacido del amor por el arte y la música, ha trascendido generaciones y hoy sigue estando presente con el mismo objetivo que lo vio nacer. Los Carnavaleros del Ñato Baldeón surgieron del talento de un penipeño ilustre, Eduardo Baldeón. Su amor por la música lo llevó a reunir a un nutrido grupo de músicos, quienes con guitarras, instrumentos de viento y bombos llenaban las calles de Penipe con las tradicionales coplas de carnaval.

Durante años, este grupo se convirtió en una parte viva de la identidad cultural del cantón, transmitiendo orgullo a su comunidad. Tras casi quince años de ausencia, la tradición fue retomada bajo el liderazgo de los hijos de Eduardo Baldeón; Eduardo Jr. y Ramiro. Al recibir la invitación para participar en el desfile de Carnaval, decidieron rearmar la agrupación, manteniendo las mismas características y esencia que la habían convertido en un símbolo penipeño.

Fue así como lograron reunir a más de veinte músicos; con quenas, rondadores, bombos, charangos y guitarras recorrieron las calles de Penipe, regalando música y alegría a quienes se congregaron para disfrutar del carnaval penipeño. Entre lo destacado de este resurgimiento está la participación de una nueva generación de músicos. Hijos, sobrinos y nietos de Eduardo Baldeón se unieron a esta iniciativa, sintiéndola como propia y demostrando que el amor por la música y la tradición sigue vigente.

En medio de los aplausos del público, se entonaron las tradicionales coplas de carnaval, acompañadas de “El Penipeño y Gran Señor”, himno no oficial de Penipe que fueron coreados al unísono en las calles. Una canción que ha marcado época y que ha sido cantada con el pasar de los años. El eco de esta melodía resonó en las calles, avivando los recuerdos de quienes en su juventud crecieron con esta tradición y emocionando a las nuevas generaciones que descubren en la música un lazo con su identidad.

La interpretación de estas canciones fue un tributo a las generaciones pasadas que forjaron el carácter festivo de Penipe. La elegancia y distinción de los Carnavaleros del Ñato Baldeón también se puso de manifiesto en su vestimenta. Con sombreros negros y bufandas azules, los músicos se presentaron con un porte que honró la tradición penipeña, demostrando identidad y el respeto por su herencia cultural.

Melodías que hacen vibrar el Carnaval penipeño.

No solo es música, es el latir de una tradición que vive, uniendo generaciones en un legado que nunca dejará de sonar

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email