MMA
Michael Morales, noqueó al brasileño Gilbert Burns en el primer asalto del combate estelar de la UFC Vegas 106, siendo una declaración de guerra al statu quo del peso wélter. Morales lo hizo con la frescura, irreverencia y potencia de quien no pide permiso para sentarse en la mesa grande, sino que se gana el puesto a golpes.
El pasajeño, protagonizó la actuación más importante de su carrera. Lo hizo frente a un veterano de mil batallas como Burns, quien llegaba con la aureola de excontendiente al título y con un nombre tallado a fuerza de años en la élite.
Pero en el octágono, el respeto se gana y el ecuatoriano lo demostró con precisión quirúrgica y agresividad explosiva. Envuelto en una bandera mixta entre Ecuador y México, acompañado por la canción “Dançalao” de Jombriel y Jøtta, y con el cabello teñido de rosa, irrumpió con una personalidad desafiante.
Se plantó frente al público como quien sabe que algo importante va a suceder. En el combate, el ecuatoriano lució más calculador de lo habitual. No se lanzó al vacío, esperó, leyó los movimientos de Burns y, cuando fue el momento, desplegó todo su arsenal.
El brasileño intentó someterlo con una llave, pero Morales respondió con una ráfaga de golpes que lo llevó al piso y que, finalmente, obligó al juez a detener la pelea por nocaut técnico. Fue brutal. Fue categórico.
Con este triunfo, Morales extendió su invicto a 18 victorias sin derrota, ingresando por primera vez al Top 10 del ranking wélter de la UFC. Subió cuatro posiciones, desplazando a nombres importantes. El ecuatoriano empieza a incomodar. No por polémicas, sino por resultados.
Mientras los reflectores mediáticos aún se resisten a ponerlo en el centro de la conversación, su récord comienza a gritar por él. De hecho, Morales es hoy uno de los peleadores con la mejor racha activa en su categoría, con seis triunfos consecutivos. Solo lo superan Jack Della Maddalena (8) y Shavkat Rakhmonov (7).
