Grupos de venezolanos pululan por estos días por las calles de Tulcán y se presume que
muchos de ellos entraron por pasos irregulares. A ellos se los ve caminando entre cinco y
diez personas.
Se estima que diariamente estarían entrando de 50 a 70 extranjeros por trochas, picas y
ríos, que tienen los 36 pasos informales que comunican a las dos naciones.
Esto se da pese a que elementos de caballería del Ejército de Ecuador recorren pasos
irregulares para tratar de controlar la migración ilegal.
Según habitantes de Tulcán, cuando llegan los migrantes a Tulcán se conectan con
familiares y amigos que están ya en la ciudad y estos los contactan con los organismos no gubernamentales que están brindando ayuda, como alojamiento, alimentación, enseres, raciones alimenticias, kits de aseo, tarjetas para consumos en supermercados o atención médica.
Más de diez agencias internacionales y ONG brindan diferentes servicios a las personas en movilidad en la capital carchense, una de estas entregas, incluso un cilindro de gas, un colchón, almohada, almohadones y una cocineta a cada familia.
Pero no todos usan esos beneficios para sí mismos. Hay quienes venden esas ayudas en 80 y 100 dólares en pleno centro. Con esos recursos unos continúan la travesía hacia el sur, donde están sus familiares, cuentan unos migrantes.
Frente a la emergencia sanitaria se los hospeda en seis hoteles locales, donde no cumplen el aislamiento social ni están sometidos a control policial.
Jorge Rodríguez, oriundo de Mérida (Venezuela), quien está legalizando sus papeles, señaló que siente cierto malestar en los tulcaneños, quienes los acusan de ser beneficiarios de muchos proyectos.
Él dijo que no todos gozan de esas ayudas y que en su caso depende de los ingresos que alcanza como labriego. “No pueden a todos involucrarnos como favorecidos, porque hemos decidido establecernos aquí, desarrollando un trabajo honesto y apegados al respeto a las leyes”, sostuvo.
Pobladores de Tulcán señalaron que unos extranjeros no respetan el toque de queda y pasean como si estuvieran de turismo, sin mascarillas.
Adrián Quezada, funcionario del Ministerio de Turismo, reconoció que no hay control policial en los hoteles y que lamentablemente estas personas no están cumpliendo con los protocolos, lo que podría configurar un riesgo.
Luis Chica, comandante de la Subzona de Policía, señaló que la frontera es amplia y permeable, algo que dificulta los controles en los más de 130 km.
Patricio Silva, director de Planificación del Municipio de Tulcán, manifestó que el Ministerio de Movilidad y Relaciones Exteriores debería ejercer control de estos ciudadanos extranjeros.
Datos: El Municipio de Tulcán está próximo a aprobar una ordenanza que busca regular el accionar de la cooperación internacional y contar con un registro en el Consejo de Protección de Derechos para conocer los programas que promueven en territorio, evitando así duplicidad de proyectos. Hay venezolanos que llevan más de un año en Tulcán que están de acuerdo con los controles.