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Río de Janeiro, se ha convertido en un escenario de incidentes alarmantes que han oscurecido el ambiente previo a la final de la Copa Libertadores 2023. La hinchada de Boca Juniors ha sido atacada por fanáticos de Fluminense en Rio de Janeiro.
Una nueva final del torneo más prestigioso del continente se desarrollará en Brasil donde Fluminense se enfrentará a Boca Juniors de Argentina, la fiesta que en el deporte se debe pregonar, se han visto empañados por actos de violencia y tensiones sin precedentes. La llegada de los hinchas “Xeneizes”, a suelo brasileño para apoyar a Boca Juniors en esta final ha sido la chispa que ha encendido una serie de confrontaciones alarmantes. Los hinchas locales, llenos de violencia por defender su territorio, han protagonizado una serie de incidentes y desmanes, incluyendo agresiones físicas y robos a hinchas argentinos. Lo que debería haber sido un encuentro deportivo con respeto mutuo, se ha convertido en un triste reflejo de lo peor del fútbol. Es importante señalar que estos actos de violencia no parecen ser eventos aislados, ya que se han reportado casos similares en diferentes puntos de Río de Janeiro. La hinchada argentina, que llegó con la esperanza de disfrutar del ambiente festivo que rodea a una final continental, se ha encontrado con un clima hostil poniendo en riesgo incluso a niños. Las denuncias interpuestas por los turistas deportivos, quienes buscaban encontrar una solución segura para su estadía, no solo no han obtenido respuesta adecuada, sino que han llevado a confrontaciones con la policía brasileña. La tensión ha llegado a niveles peligrosos, y es lamentable que la pasión por el fútbol haya dado lugar a un escenario que no se debe repetir. El riesgo de que la final se juegue a puerta cerrada, sin la presencia de hinchas, es una posibilidad que ha sido considerada como medida preventiva para evitar futuros desmanes. Esta medida sería una triste ironía en un deporte que debería celebrarse en comunidad.