En el contexto del “Día Internacional del Jaguar”, celebrado el 29 de noviembre, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) recalcó el valor detrás de la conservación del felino más grande del continente americano. El jaguar (Panthera onca) es una especie emblemática y vital para los ecosistemas de la región y de nuestro país, ya que juega un papel crucial en el equilibrio de los ecosistemas como carnívoro tope.
En el marco de esta fecha, WWF presentó el informe “Conectando Puntos: El impacto socioeconómico de los hábitats del jaguar en Latinoamérica”, el cual destaca la relevancia de sus hábitats y bosques como bastiones cruciales de biodiversidad y generadores de servicios ecosistémicos que sostienen vidas humanas y actividades económicas.
Según el reporte, los servicios ecosistémicos de 15 paisajes prioritarios para el jaguar en Latinoamérica alcanzan un valor estimado de entre 1.5 y 4 billones de dólares estadounidenses al año, una cifra que es seis veces mayor a lo que genera toda la actividad económica de la región.
En este contexto, Ecuador contribuye significativamente con la protección de entre el 26% y 47% de estos paisajes prioritarios, un porcentaje que refleja su compromiso en la conservación de áreas clave para la biodiversidad y los servicios que benefician a las comunidades locales.
Tarsicio Granizo, director de WWF Ecuador, expresó: “La agricultura extensiva, especialmente el cultivo de soya, la ganadería y la tala insostenible, son las mayores amenazas que afectan estos valiosos hábitats”. Estas actividades fragmentan los ecosistemas, reduciendo su capacidad para sostener al jaguar y a otras especies.
La pérdida de conectividad de los bosques tiene consecuencias graves, como la disminución de lluvias en la región, el aumento de sequías y, en algunos casos, problemas con el suministro de energía eléctrica debido a la baja capacidad de los embalses hidroeléctricos.
Roberto Troya, Director Regional para América Latina y el Caribe de WWF, subrayó que el jaguar es mucho más que un símbolo cultural; representa un recurso estratégico para la estabilidad ambiental y económica de la región. “Proteger sus hábitats también implica resguardar una fuente de riqueza natural que impulsa el desarrollo sostenible de América Latina.
Y, a pesar de que la población de jaguares en la región se estima en alrededor de 173.000 ejemplares, la especie sigue enfrentando amenazas graves, como la pérdida histórica del 50% de su hábitat, la caza furtiva y los cambios ambientales”, manifestó.