29 de marzo 1967: Brotó el petróleo ecuatoriano

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Hace 52 años, un  29 de marzo de 1967, por primera vez,  brotó petróleo  en el pozo Lago Agrio del Oriente ecuatoriano. ¡Petróleo, petróleo!, fue el grito emocionado de trabajadores ecuatorianos, colombianos y jefes de la petrolera estadounidense, Texaco Gulf  presentes. Se había iniciado la era petrolera del Ecuador que cambiaría la historia económica del país.

Alrededor del inicio de la explotación petrolera, se tejieron muchos sueños y expectativas. Economistas y políticos vendieron la imagen de un Ecuador que  estaba a las puertas del desarrollo tecnológico y financiero producto de los ingresos económicos que generarían las exportaciones de petróleo y de  las grandes obras de infraestrcutra como el  Sistema de Oleoducto Trans Ecuatoriano SOTE ,  las Vías al Oriente Coca, la construcción de estaciones de perforación, la creación de  empresas petroleras estatales y otras que demandaron significativas inversiones de capitales foráneos.

Pero no todo fue color de rosa con la llegada del oro negro. En muchos casos para el Ecuador fue el excremento del diablo. La exportación petrolera  y sus miles de millones de dólares de corrompió  a la sociedad ecuatoriana, a sus dirigentes políticos y trajo nefastos impactos  en el campo social, ambiental  y en la salud y vida digna de los ecuatorianos.

En el tema del impacto ambiental, la exploración, explotación, industrialización, comercialización generaron consecuencias desastrosas en millones de  hectáreas deforestadas,  miles de  barriles de crudo derramados en bosques, ríos y esteros, Sustancias tóxicas, metales pesados provenientes de las aguas de formación, contaminaron las fuentes de agua de la región ocasionando  graves daños en la fauna fluvial y la flora de las riveras de los ríos,

En el tema social, varias etnias indígenas, como los Cofanes, Sionas y Secoyas, fueron afectadas hasta convertirse en minorías en peligro de desaparición; la destrucción de toda la biodiversidad del sector afectó  gravemente   la calidad de vida de sus habitantes.

Ya en la década de los 70,  se hablaba del “festín del petróleo”, festín que continuó alegre e irresponsablemente  en la década pasada, cuando los precios  del oro negro  alcanzaron los más altos precios en el mercado internacional.

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