Artículo de opinión: Cerrar heridas

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Cerrar heridas

Por: Ricardo Tello Carrión
El gobierno de Guillermo Lasso Mendoza no logra poner en marcha ni siquiera su eslogan: “Del encuentro”. Lo dicen los hechos: vivimos más de medio mes de protestas desde sectores excluidos de la lógica de la administración del poder, tras un año de que sus motivaciones fueran entregadas a las mesas de diálogo. El paro, que dejó más de mil millones de dólares en pérdidas, pudo evitarse si este gobierno demostraba algo que fue descubierto por uno de sus consejeros solo luego del acuerdo de paz alcanzado con la Conaie: “Humildad para reconocer errores, decisión para enmendarlos y constancia para apuntalar aciertos”.
En esta última semana tres batallas han fallado a favor de Lasso –al acuerdo de paz se suma la falta de votos en la Asamblea para cesarlo en el cargo y la negativa del Consejo Nacional Electoral para entregar los formularios para los procesos de revocatoria del mandato– y se configura una nueva oportunidad para poner en marcha un Gobierno democrático que no solo mire hacia arriba, sino al desconocido campo de la política social.
Mientras tanto, hay una tarea a largo plazo: recomponer aquello que los antropólogos llaman “el tejido social”: nunca como antes ha brotado un sentimiento de racismo cruel, exacerbado por el rol y el anonimato de las redes, con actos de descalificación del otro por lo que cree que es y por lo que cree que tiene, una descalificación planteada incluso desde el poder como estrategia de comunicación en medio del paro indígena.
El espejo de este “tejido social”, expuesto a partir de un reclamo que se salió de las manos por culpa de errores mutuos, también debería ser el punto de partida del ejercicio práctico de la humildad y nueva convivencia. La urgencia de tener un presidente que haga el esfuerzo por pensar en los otros –no solo en sus iguales–, ver al otro –no solo en los espacios del poder– y hasta ser el otro, especialmente en el sentir que dejan sus decisiones.
Por lo que queda en una evaluación anticipada del horizonte político, se vislumbran las respuestas que el Gobierno del Encuentro dará por lo que los organismos internacionales están señalando como excesivo uso de la fuerza policial y militar durante las manifestaciones; “detenciones arbitrarias; criminalización de la protesta; prácticas prohibidas, brutales e inhumanas”, según un informe preliminar de la Misión Internacional de Derechos Humanos.
Descontrol también hubo desde los manifestantes, que deberá ser investigado y sancionado. ¿Qué hubo violencia extrema desde ambos lados? Sí, la motivada por la falta de respuesta estatal, por la penetración de grupos delincuenciales y otro tanto por la dinámica del caos.
Lasso y su Gobierno se han comprado una nueva oportunidad para enmendar, sancionar y sancionarse los excesos; mediar, reconciliar y progresar en conjunto, no solo en grupo. Los cambios presionados en el gabinete aún no son una muestra transparente –llevando incluso más al extremo la cartera de Economía y Finanzas– por lo que las expectativas estarán en los resultados de las mesas de encuentro que empiezan esta misma semana, por un lado, y el replanteamiento de la política social, por otro.
Fuente: El Universo

 

 

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