El 28 de febrero, una llamada de emergencia alertó a los equipos de socorro. En el sector de San Juan de Trigoloma, Pallatanga, un deslizamiento de tierra, lodo y piedras había arrastrado a un hombre mientras participaba en una minga de limpieza a orillas del río.
La fuerza del desprendimiento lo desplazó unos 100 metros cuesta abajo, dejándolo gravemente herido. Los moradores y compañeros, testigos de la tragedia, descendieron aproximadamente 200 metros por un terreno escarpado y fangoso para socorrerlo. Con esfuerzo y determinación, lograron extraer al herido, cuyo estado era crítico.
Las lesiones eran severas: traumatismo craneoencefálico moderado, heridas abiertas en varias zonas de la cabeza, una extensa escoriación en la región parietal derecha y laceraciones en el rostro. Además, presentaba sangrado nasal (epistaxis) y un posible trauma cerrado de tórax, lo que aumentaba la preocupación de los rescatistas.
Pocos minutos después, la ambulancia del Ministerio de Salud Pública llegó al lugar. Tras brindarle atención inicial, el paciente fue trasladado de urgencia al Hospital General Policlínico de Riobamba para recibir tratamiento especializado. Su estado de salud sigue siendo incierto, pero su supervivencia ya es vista como un milagro.
Este incidente reaviva la preocupación por la seguridad en zonas propensas a deslizamientos y la urgente necesidad de medidas preventivas para minimizar riesgos. Mientras tanto, la comunidad de San Juan de Trigoloma permanece en vilo, esperando noticias sobre el hombre que, contra todo pronóstico, logró sobrevivir a la furia de la naturaleza.
