Como en todas las grandes ciudades en las que el desarrollo del capital extiende sus tentáculos, en Riobamba cientos de hombres con edades que oscilan desde los 15 a los 70 años de edad, se aglomeran todas las mañanas en el sector de Villa María, buscando trabajo para solventar las necesidades diarias de sus hogares.
En el Parque de Villa María, en donde funciona un Centro del Buen Vivir regentado por el Gobierno Nacional, cientos de personas que viven mal por falta de trabajo, esperan ansiosos ser escogidos por alguien que necesite de su mano de obra. Peones, albañiles, carpinteros, gasfiteros, jardineros, vaqueros, todos quieren laborar, pero no lo logran debido a que la desocupación en Riobamba ha llegado a límites nunca antes vistos.
Luis Lema, alzando las manos al cielo rogaba que él sea escogido, cuando llegaba a estacionarse una camioneta de color verde que necesitaba dos peones. 200 hombres se dirigieron en precipitada carrera con la misma esperanza que Lema y al final, todos menos dos regresaron a la esquina de la espera.
Carlos Carrillo, comentó que él trabajaba de tractorista y ahora busca laborar en cualquier aspecto. Manuel Suquilema, explicó que llegó desde el campo a la ciudad en busca de mejores días, pero que ahora no encuentra cómo sobrevivir, por eso pasa todos los días en la esquina de Villa María, a veces alguien lo contrata durante un día o dos. “Hay semanas que no he sido escogido ningún día y en las tiendas ya no me quieren fiar ni arroz para mis guaguas”, dijo Augusto Tapia.
Rodrigo Paucar, pidió a gritos al Gobierno Nacional y específicamente al presidente Lenin Moreno, que cumpla con lo que ofreció en la campaña electoral antes de llegar a la presidencia. “Por Dios señor Moreno, conduélase, apiádese de nosotros los pobres; nosotros no le hemos hecho ningún daño y usted ahora solo se preocupa del trabajo de los empresarios. Queremos trabajo, no queremos vivir así mendigando todos los días”, acotó. (22)