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Riobamba, EC
martes, marzo 18, 2025

Después del largo feriado  

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Se fue el Carnaval y el ritmo cotidiano de vida retorna al país. En este paréntesis festivo carnavalero, los ciudadanos, sobre todo los sectores populares, tuvieron momentos de expansión, de diversión a su manera en familia, entre amigos, en la barriada. Se dinamizó la economía, especialmente en el ámbito turístico. Y la ciudadanía se sintió respalda por la acción patriótica y sacrificada de la Policía y las Fuerzas Armadas en el marco de la Constitución y las leyes que cubrieron todos los espacios, sobre todo playeros, para brindar seguridad. Y gracias a la presencia de las fuerzas del orden los, ojalá, los índices de criminalidad hayan bajado. 

Después del largo feriado, las actividades se normalizan y es posible que la fiebre política y los diálogos, negociaciones, acuerdos en la Asamblea, que muchos ven como el mercado para la “compra y venta de asambleístas”, logren definir la agenda parlamentaria en función de los intereses patrios.

Después del largo feriado, ojalá no haya cifras alarmantes por accidentes de tránsito con dolorosos siniestros viales en todo el territorio ecuatoriano, causados por el irrespeto a las señales de tránsito, por conductores en estado etílico, con alto grado de alcohol en el torrente sanguíneo, conductores que, sin la menor preocupación y con la mayor irresponsabilidad individual y social, circulan poniendo en riesgo su propia vida y de los demás.

Después del largo feriado, ojalá el ECU 911, las ambulancias del Ministerio de Salud Pública, las patrullas de la Agencia Civil de Tránsito y las unidad de rescate del Cuerpo de Bomberos no hayan tenido días ajetreados   para atender emergencias viales . No es posible que la irresponsabilidad e incultura frente al volante siembre de sangre las vías ecuatorianas.

Después del largo feriado, que el pueblo ecuatoriano retorne a la normalidad, oxigenado, desestresado, lleno de energías y entusiasmo para seguir enfrentando la cotidianidad, más allá de las amenazas de un invierno destructor, de la temporada prelectoral, de la inseguridad reinante, de la corrupción institucionalizada.

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