12 C
Riobamba, EC
miércoles, enero 22, 2025

Día Universal de los Derechos Humanos

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email

La próxima semana, el martes 10, se conmemora el Día Universal de los Derechos Humanos que involucra a la comunidad de naciones, más allá de sus fronteras y cuyos antecedentes históricos pueden ubicarse en la Carta Magna de Inglaterra (1215) y  la Revolución Francesa (1789).

Todos los  países signatarios de la Declaración, dentro de sus políticas de Estado deben  tener como obligación prioritaria respetar y garantizar el cumplimiento de los 30 artículos  que se refieren a  derechos  de carácter personal; del individuo en relación con la comunidad; derechos de pensamiento, de conciencia, de religión y libertades políticas;  derechos económicos, sociales y educativos, culturales, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Además la Declaración contiene prohibiciones en relación a la discriminación, a la esclavitud, a la tortura, a los malos tratos físicos y sicológicos, a la detención y prisión arbitrarias, etc.

Lamentablemente, pese a esta Declaración en defensa de la dignidad humana, en las décadas de su vigencia, desde que fue instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948, gobiernos dictatoriales, antidemocráticos, desde la barbarie, la corrupción, el autoritarismo, han cometido actos violatorios de los derechos humanos en muchos lugares del planeta.  Pero ventajosamente también han surgido, casi en forma paralela, personas e instituciones que, desde un humanismo profundo, se involucran en la protección de los derechos civiles y políticos, en luchar por la promoción, la protección y el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales de los habitantes del mundo.

En Latinoamérica, los derechos humanos han sido, son pisoteados por ciertas dictaduras de derecha e izquierda, vestidas de democracia, esa democracia legado de la Revolución Francesa, manoseada por sátrapas del poder, por demagogos de turno, por dictadores autárquicos que históricamente han proliferado y proliferan en nuestro continente. Esos dictadores luciferinos como los llamó García Márquez que han hecho de la cotidianidad de América Latina una “realidad descomunal” de exiliados y emigrados, de etnocidios y desaparecidos, de pobreza y desnutrición, de represión y muerte, de destierro y corrupción sin límites.

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email