Ecuador escenifica la novela Crimen y olvido

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Han sido casi tres meses de constantes anuncios. Estados Unidos ha decidido dar varios pasos para sancionar a personeros y funcionarios públicos ecuatorianos que hayan estado involucrados en corrupción. Esta acción abre los ojos a una realidad: la lucha contra la corrupción debe ser una constante para que el olvido no haga su parte, como ha sido la costumbre en nuestra historia nacional.

El 13 de diciembre de 2021, el Embajador de EE.UU. dijo que “tener una visa es un privilegio”, así como “una potestad del Gobierno” de su país; por lo que retirarlas a quienes hayan estado involucrados en casos de corrupción era una manera de implementar una cruzada internacional del Presidente de ese país, enmarcada en la Ley de Asignaciones Continuas de 2022, que indica que los funcionarios de “gobiernos extranjeros, implicados en actos significativos de corrupción y sus familiares inmediatos, no son elegibles para entrar a Estados Unidos”.

En ese contexto, EE.UU. ha quitado visas a generales, jueces y particulares con influencia en el sistema judicial ecuatoriano. Ayer, en cambio, anunció otra modalidad cercana al retiro de la visa: la no elegibilidad para que involucrados con la corrupción ya no ingresen a su territorio. La inclusión de sus familiares cercanos es un golpe duro para estas personas.
No solo se trata de acciones del Gobierno federal de EE.UU., también hay ayudas en otros niveles. Por ejemplo, la trama de corrupción del caso Las Torres, que investiga una supuesta red de tramitadores de coimas para evadir glosas en la Contraloría, se ha nutrido de varias pruebas llegadas desde la justicia de EE.UU. que investiga también el caso en su jurisdicción.

Muy aparte de que la corrupción sea señalada con tanta saña, lo que de verdad incomoda es el fervor con el que el Estado y, en general, la sociedad, olvidamos a los corruptos. Juan Montalvo escribió ‘Los capítulos que se le olvidaron a Cervantes’, como una proyección de ‘El Quijote’. Si algún novelista ecuatoriano quisiera escribir los capítulos que se le olvidaron a Dostoievski, debería titularlo como ‘Crimen y olvido’…

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