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jueves, marzo 27, 2025

Ecuatoriano graduado de la Espoch deja huella en la Antártida con clave investigación

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INVESTIGACIÓN

Bajo las extremas condiciones climáticas de la Antártida, donde el frío es implacable y la vastedad del océano parece infinita, un ecuatoriano está dejando huella en la investigación polar. Se trata de Rubén Choto Chariguamán, ingeniero químico graduado de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo (ESPOCH), quien forma parte de la XXVIII Expedición Antártica Ecuatoriana y lidera investigaciones clave para el entendimiento de los cambios ambientales en la región más fría del planeta.

Rubén Choto, ingeniero químico graduado de la ESPOCH, lidera investigaciones clave sobre el cambio ambiental en la Antártida.

Desde la Estación Científica Pedro Vicente Maldonado, ubicada en la Isla Greenwich, Rubén Choto desempeña un rol fundamental como investigador oceanográfico del Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada (INOCAR). Su misión es clara: estudiar el ecosistema marino de las islas Shetland del Sur y comprender su relación con la variabilidad físico-química del entorno.

El trabajo de Choto no solo representa un avance en la ciencia ecuatoriana, sino que también contribuye a estudios globales sobre el impacto del cambio climático en los ecosistemas marinos. La Antártida es un termómetro natural del planeta, y la investigación en sus aguas permite prever alteraciones que podrían afectar no solo a la vida marina, sino también a la estabilidad climática de todo el mundo.

Este proyecto, titulado “Caracterizar la biota fitoplanctónica, bentónica y su relación con la variabilidad físico-química en el ecosistema marino de las islas Shetland del Sur”, tiene el aval técnico y el respaldo financiero del INOCAR. Su ejecución se desarrolla en los veranos australes de 2023 a 2025, períodos en los que las condiciones climáticas permiten la recolección de datos de manera más efectiva.

El camino de Rubén Choto hasta la Antártida no ha sido fácil. Su formación en la ESPOCH le brindó las herramientas necesarias para adentrarse en la investigación oceanográfica y ambiental. Su trabajo es un claro ejemplo de cómo la academia ecuatoriana está formando profesionales capaces de aportar al conocimiento científico global.

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