Por: Edgar Frías Borja
Cuánta verdad hay en este titular, eduquemos hoy para evitar problemas mañana. Comencemos discerniendo la palabra educar. Pues, educar es formar al sujeto en valores, en sus derechos y en sus obligaciones. En cambio, enseñar es la presentación organizada en sistemas de hechos, ideas, habilidades y técnicas que se los entrega a los estudiantes.
La principal escuela para educar en valores, como el respeto, el amor, la solidaridad, la disciplina, la lealtad, la puntualidad, la honestidad y muchos más es el hogar y en consecuencia los primeros maestros para ello son los padres y la familia. En la escuela, el maestro no los enseña, sino que los fundamenta, ratifica, refuerza esos valores, sustentándolos en la práctica cotidiana, a través de la conducta y la disciplina.
La educación no es una teoría, es la práctica renovada de la teoría moral que se prodiga al niño, mediante el ejemplo, el consejo oportuno, la vivencia ejemplarizadora. Pues, esa vivencia, se la evidencia en la escuela, en acuerdo al comportamiento e interacción social del estudiante.
Entonces queda en claro que, educar y enseñar son tareas compartidas entre el hogar y la institución educativa. Padres respetuosos, amables, afectivos, responsables, cumplidos, sinceros, recatados, colaborativos siempre se verán reflejados a través del accionar de sus vástagos.
En tal virtud, es hoy, cuando debemos educar al niño, para que mañana sea un joven de bien, un hombre o una mujer valiosos para el bienestar, progreso y superación de. la sociedad. Aunemos esfuerzos en pos de soñar con el reencuentro de una sociedad equilibrada, sana y proactiva.
Asumo que hoy en día, llevar a cabo esta tarea, es una misión compleja, pero no imposible de cumplirla. El reto está dado. Gobernantes y gobernados estamos convocados aunar esfuerzos para fortalecer las estrategias educativas, que permitan alcanzar estos anhelos y dar un giro a la lacerante realidad actual.
Debemos convenir en que la juventud actual, ha sido alienada con infinidad de mensajes subliminales, que han hecho de su conciencia, un producto moldeable a los intereses de quienes han orquestado este tipo de información; misma que, ha logrado sus avisos propósitos al enajenarlos de sus realidades intrínsecas.
Como soñar no cuesta nada, ir hacia el rescate de nuestra sociedad es tarea de todos. Nadie de los responsables de redireccionar el comportamiento y sentir de nuestra nobel sociedad, puede estar ausente de esta prioritaria acción, so pena de que mañana más tarde logremos ciudadanos, vacíos o lo que es peor, amantes de valores foráneos y no propiamente de los propios. Pues, es hora de comenzar actuar, de que analicemos con cabeza fría el fenómeno que lo estamos viviendo y corrijamos el rumbo equivocado en el que nos encontramos. (fedgar_unedsa@yahoo.com)