El burro…

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Artículo de opinión I Simón Valdivieso Vintimilla / El Telégrafo

El burro hablando de orejas. Los refranes, esas frases singulares que unen a todos los idiomas, pues no son patrimonio del idioma castellano,  son expresión de la sabiduría popular, la que es tan grande y elocuente que nos permite frente a los hechos de la vida cotidiana anclarnos en ella para escribir desde la vida.

Una locución muy coloquial como la mencionada, se refiere a aquellas personas que se olvidan de sus propios errores. Tal frase se dirige a la persona que hace mención de defectos físicos o morales de otras, sin darse por enterado de que él mismo los tiene o padece. Y es  que esa sentencia nos cae como anillo al dedo para enrostrar a aquellos dos funcionarios públicos que acudieron a una reunión que el Presidente de la República había convocado para tratar el tema del combate a la corrupción.

El presidente Guillermo Lasso, dice la nota a de prensa,  sostuvo una reunión con las principales autoridades del estado ecuatoriano para definir las estrategias para prevenir y erradicar la corrupción en la función pública. Y claro nos viene a la mente de inmediato aquellas imágenes que circularon en los medios de comunicación y las redes sociales cuando se pudo ver que los presidentes de la Corte Nacional de Justicia y de la Asamblea Nacional  ingresaban a un domicilio para reunirse clandestinamente con un político, lo cual causó una repulsa a nivel nacional, sin obtener respuestas por parte de aquellos a excepción del  político que trató con ironía el tema subestimando la capacidad de reflexión del periodista y de los ecuatorianos en una suerte de insulto a nuestra inteligencia.. En buen romance los dos presidentes hicieron “mutis por el foro”, comenta la abuela de la casa, vocablo propio del mundo teatral que significa ‘salir de escena’.

Sin embargo a los pocos días de ese encuentro clandestino, los susodichos asisten raudos y veloces a la primera reunión de coordinación y concertación interinstitucional de integridad pública y prevención de la corrupción convocada por el Presidente de la  República, cuyo objetivo entendemos es generar políticas para eliminar la corrupción en el Ecuador, habiendo escuchado al secretario de la Política Pública Anticorrupción, decir que las autoridades ecuatorianas expusieron sus propuestas y experiencias para multiplicar esfuerzos hacia una eficiencia pública en concordancia con la lucha anticorrupción que lidera el Gobierno Nacional;  damos por descontado que los dos presidentes fueron escuchados y hablaron con tanta elocuencia sobre la corrupción.

Resulta inentendible que  el Presidente les haya convocado a hablar de algo que ellos no tienen autoridad, ya que fue evidente esa cita a hurtadillas que huele a corrupción, puesto que si se hubiesen reunido en uno de sus despachos no habría tela en qué cortar.  Absurdo resulta también haberles dejado  intervenir,  por lo que pensando en voz alta afirmamos una vez más que el refrán popular “el burro hablando de orejas” les calza a los representantes de la función legislativa y judicial.

Y como nada es perfecto, escribiendo con objetividad,  penosamente el Presidente convocante debe sentir la afrenta nacional cuando al poco tiempo  de ese cónclave de buenas intenciones por la salud ética de la patria,  le denuncian  a uno de sus secretarios, quien a la fecha está en la mira de la Fiscalía General del Estado. En buen romance y como dice la abuela de la casa, el gato ha estado en la despensa. Y para concluir nos recuerda que los bribones y los necios son plantas de cualquier terreno. Sinvergüenza es no tener vergüenza; para vivir sirve, dice alguien por ahí.

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