El Día Mundial de la Salud se lo viene celebrando desde 1950 cada 7 de abril. Este es un tema del que depende sobremanera el concepto del buen vivir. No es posible concebir el bienestar del ser humano, sin salud y esta depende de una serie de factores que van desde la alimentación, el medio ambiente, el aseo, la limpieza, el uso del agua, la seguridad vial hasta la creación de ambientes saludables especialmente para niños; la preparación para las catástrofes, la presencia de municipios saludables, la realización de actividad física periódica, dietas sanas y unos cuantos etcéteras.
La salud es riqueza y productividad, es bienestar que comienza en el hogar, que late en el corazón, que circula en la sangre, que funciona en el cerebro, que camina airosa, que digiere la ausencia del hambre, que reduce la mortalidad infantil, que mantiene el peso normal, que prolonga la vida, que involucra a todos: Estado, sector público y privado, docentes, empresarios, los medios de comunicación, en´ definitiva la sociedad en conjunto.
El Gobierno actual, hoy más que nunca por la crisis sanitaria, tiene que ejecutar acciones importantes en este tema, desde infraestructura hospitalaria segura hasta equipamiento moderno; pero acaso lo más importante, una nueva política de salud pública global dirigida especialmente a la niñez y a los sectores populares tradicionalmente postergados. Y concomitantemente, la calidad y calidez de la atención que debe brindarse en las casas de salud estatales y del IESS.
El Día Mundial de la Salud nos brinda un espacio para reflexionar sobre nuestra salud, nos abre una oportunidad para tomar la decisión de realizar actividades para mejorarla, lo que finalmente, redundará en el bienestar colectivo. No olvidemos que la salud del pueblo es la suprema ley. Y en el momento actual de la presencia amenazante del coronavirus, la mejor celebración por el Día Mundial de la Salud, sería acatar disciplinadamente las disposiciones oficiales, sobre todo la de quedarse en casa, para evitar a toda costa que el virus se instale en todos los hogares ecuatorianos.