La crisis financiera vuelve a golpear a El Nacional. Cuando el equipo empezaba a mostrar señales de recuperación en lo futbolístico, el panorama institucional se vuelve otra vez oscuro, el plantel profesional del Bi-Tri decidió no entrenar en protesta por los sueldos impagos, una situación que arrastra desde hace meses y que amenaza con desbordarse.
La situación ya no admite postergaciones; hay tensión, incertidumbre y la posibilidad real de que el equipo no se presente a jugar este fin de semana frente a Macará, por la fecha 13 de LigaPro.
Esto es una reacción directa a la falta de respuestas concretas por parte de la dirigencia, que una vez más no ha podido cumplir con sus compromisos económicos. Según se ha conocido, algunos jugadores acumulan entre dos y tres meses sin percibir su salario, mientras que el cuerpo técnico de Omar Asad no recibe sueldo desde hace cuatro.
En este contexto, la paciencia se agotó. Los jugadores pidieron una reunión urgente con la cúpula directiva para exigir soluciones, no promesas. La dirigencia, por su parte, ofreció el abono de una quincena como medida paliativa.
El gesto, sin embargo, fue considerado insuficiente. No solo por el monto, sino por lo que representa: otro parche en una historia repetida. El ambiente en los entrenamientos, que hasta hace poco mostraba una mejoría en sintonía con el rendimiento deportivo, ha vuelto a contaminarse de molestia, frustración y una sensación de abandono.
Hace unas semanas, todo indicaba que el ciclo de Omar Asad llegaría a su fin. El DT estuvo a punto de abandonar el barco, pero decidió quedarse tras recibir el respaldo de sus jugadores. Hoy, ese mismo grupo se encuentra dividido entre quienes quieren mantener la rutina de entrenamientos y quienes optan por paralizar todas las actividades hasta que se resuelva la deuda.
