EL PROBLEMA NO ES EL COVID-19

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Edgar Frías Borja

Para plantear mi punto de vista, en relación a que EL PROBLEMA NO ES EL COVID-19, recordemos que según los epidemiólogos, los coronavirus son una amplia familia de virus, algunos tienen la capacidad de transmitirse de los animales a las personas. Producen cuadros clínicos que van desde el resfriado común, hasta enfermedades más graves, como ocurre con el coronavirus que causó el síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV) y el coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV).

El nuevo coronavirus se llama SARS-CoV2, la enfermedad se llama Corona Virus Disease 2019=COVID19. El COVID19 es un nuevo tipo de coronavirus que puede afectar a las personas y se ha detectado por primera vez en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan,
provincia de Hubei, en China. Todavía hay muchas cuestiones que se desconocen en relación a la enfermedad que produce: COVID-19.‎

Es conocido ya, que la mayoría de las personas que se enferman de ‎COVID-19  experimentan síntomas de leves a ‎moderados y se recuperan sin tratamiento ‎especial. ‎
El virus que causa la COVID 19 se transmite principalmente a través de las gotículas generadas cuando una persona infectada tose, estornuda o espira. Estas gotículas son demasiado pesadas para permanecer suspendidas en el aire y caen rápidamente sobre el suelo o las superficies.

En consecuencia usted puede infectarse al inhalar el virus si está cerca de una persona con COVID 19 o si, tras tocar una superficie contaminada, se toca los ojos, la nariz o la boca.
Con estos pocos antecedentes podemos confirmar que el PROBLEMA NO ES EL COVID-19, sino la falta de cuidado y asepsia, la que nos lleva a que se multipliquen los contagios y por ende a que la enfermedad se convierta en una pandemia.

La Organización Mundial de la Salud OMS, recomienda que se debe observar en forma irrestricta la higiene ‎personal, las precauciones al toser y el mantener dos metros de separación de las personas que ‎presentan síntomas. Seguir las indicaciones para la higiene de manos en forma regular, en particular después de ‎entrar en contacto con secreciones respiratorias. Para ello hay que lavarse las manos con agua ‎o jabón, o con una solución a base de alcohol. Es mejor lavarse las manos con la solución a base ‎de alcohol cuando las manos no están visiblemente sucias; y con agua y jabón cuando sí lo ‎están;‎

Cubrirse la nariz y la boca con la parte interna del codo o con un pañuelo de papel al toser o ‎estornudar, tirar el pañuelo a la basura inmediatamente después y lavarse las manos a ‎continuación;‎ No tocarse la boca ni la nariz;‎ A diferencia de lo que regularmente las autoridades de salud del país ha recomendado la utilización de mascarillas; la OMS dice que no es necesario llevar ningún tipo mascarilla médica si no se presentan síntomas, ya que no hay ‎pruebas de que su uso proteja a las personas que no están enfermas.

Con todo, en algunas ‎culturas, es común utilizar este tipo de mascarilla. Si
debe utilizarse, es fundamental seguir las ‎prácticas óptimas sobre cómo llevarla,
quitársela y deshacerse de ella, así como las relativas a la ‎posterior higiene de
manos (véanse los consejos sobre la utilización de mascarillas)‎. En conclusión tomar en cuenta estas mínimas normas de prevención, es lo que aspiramos, ya que SOÑAR NO CUESTA NADA…

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