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lunes, marzo 24, 2025

En las guerras arancelarias, el consumidor es quien pierde

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Por: Mílica Pandzic

Somos testigos de una tendencia preocupante. Los aranceles ya no son solo herramientas de política comercial con el propósito de proteger la industria local, aumentar la recaudación fiscal o asegurar la calidad de los productos, sino que hoy se usan como herramienta de negociación política, de un estilo que tiende más a la amenaza que a la diplomacia.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lidera las ‘guerras arancelarias’ de los últimos meses. Pero sorprendentemente, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, decidió esta semana hacer algo similar, estableciendo un arancel de 27% para los productos importados desde México, bajo la excusa de querer mejorar la deficitaria balanza comercial y con miras a presionar a México para suscribir un tratado de libre comercio.

La presidenta de México ha demostrado su desinterés sobre dicha medida, por considerar que el impacto de esos aranceles les son insignificantes, y a excepción de la Cámara de Comercio Ecuador-México, los gremios han permanecido en silencio, como si no hubiera razones de preocupación para el sector comercial e industrial.

De México lo que más se importa son medicinas, vehículos, electrodomésticos y artículos de higiene. No son bienes superfluos, sino necesarios; y un arancel de ese tipo solo incrementará los costos y encarecerá dichos productos en perjuicio de los ecuatorianos, quienes además ya han sido afectados, entre otras cosas, por el reciente aumento al IVA.

Es difícil imaginar que el presidente Noboa haya realizado un análisis técnico y profundo sobre lo que este arancel representará para la población, o que vaya a establecer medidas para mitigar las consecuencias negativas del mismo; ya que posiblemente ni le importe. En estas guerras arancelarias, los intereses políticos son los que priman, y el consumidor es quien pierde./ La Hora

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