Artesanos del vecino cantón Guano, sector de Los Elenes y ciudadanos de la parroquia San Gerardo, cerca de la ciudad de Riobamba, mantienen a sus familias con los pocos dólares que genera el trabajo de elaboración y venta de esteras de totora. En Riobamba, el mercado para la venta de este tipo de esteras está por desaparecer.
Blanquita Paguay, artesana habitante de San Gerardo, indicó que las esteras que trae a Riobamba, las vende baratas y ya no tienen la acogida que tenían en tiempos antiguos, “las cosas van cambiando, la gente muchas veces se olvida que usar lo natural es mejor para la salud. Imagínese, que va a ser igual acostarse en un plástico y acostarse en una buena estera, la estera es fresquita, el plástico quema los riñones. Nosotros los artesanos que venimos con este oficio desde generaciones pasadas, sabemos que nuestros productos no solo son para lucirlos, son para utilizarlos a favor de la familia. Si tenemos niños en casa y están recién aprendiendo a caminar, lo mejor es ponerles en una estera y verá que salen caminando rapidito y sin muchos golpes”, anotó.
Según Paguay, antes era caso obligatorio tener una estera en casa, ahora se lo utiliza más como adorno en algunas casas de la ciudad y del campo, “este es un oficio que tiene su tradición, quedamos pocas personas tejedoras de totoras, creo que es necesario que esta tradición, este trabajo, sea reconocido por las autoridades y ciudadanía en general, para que no se pierda con el paso del tiempo”, expuso.
Los precios de las alfombras de totora oscilan entre 2 a 10 dólares, “tenemos esteras desde dos dólares, el producto es barato. Aunque una estera de totora no es eterna, dura si es bien cuidada. Para las señoras y señoritas de Riobamba, que practican los ejercicios matinales diarios para bajar de peso, les aconsejo que usen una estera de totora y verán que acostarse en lo natural, relaja y ayuda en mantenerse en línea”, dijo. (22)
