CELEBRACIÓN
Cientos de familias acudieron al Cementerio Municipal de Riobamba para recordar a sus seres queridos en el feriado de Finados, una tradición profundamente arraigada que marca la visita a las tumbas con flores, oraciones y cuidados especiales.
Desde tempranas horas, los pasillos del camposanto estuvieron llenos de personas que aprovecharon el día para rendir homenaje a familiares fallecidos.
El Día de los Difuntos es una fecha especial en la que la memoria de los ancestros se honra con solemnidad y devoción. Desde las primeras horas de la mañana, el cementerio de Riobamba se llenó de visitantes, muchos con ramos de flores, otros con velas, mientras algunos llevaban consigo alimentos típicos de esta fecha, como la colada morada y las guaguas de pan.
Para varios de ellos, esta jornada va más allá de una visita; es un momento de conexión con su historia familiar y con las raíces de una costumbre que celebra la vida y respeta la muerte. Los visitantes aprovecharon la ocasión para realizar arreglos en las tumbas de sus familiares.
Un grupo de trabajadores independientes se ofreció a ayudar con los cuidados, ofreciendo desde pintura de cruces y nichos hasta la instalación de floreros y cambios de chapas. Algunos de estos trabajadores, que solo ejercen en esta temporada, relataron que los precios de sus servicios van desde cinco dólares en adelante. “Venimos cada año para apoyar a las familias que necesitan servicios estos y para mantener la tradición viva”, mencionó Rosa Lema, una trabajadora que lleva años asistiendo a los visitantes en esta fecha.
Aunque con el tiempo algunas costumbres han cambiado, el respeto y el amor hacia los difuntos siguen siendo los pilares de esta festividad en Riobamba, que en cada Finados se viste de flores, colores y recuerdos para honrar a quienes ya no están.
