Diana Acosta Jaramillo
(Expreso)
Después de la farra, viene el chuchaqui. Ahora estamos con un fuerte dolor de cabeza, luego de diez años de un bacanal de gastos descontrolados. El Gobierno acaba de lanzar su plan económico para “reactivar la producción, la inversión, el trabajo y el bienestar a los ecuatorianos”; y nos afirma que no se trata de un paquetazo…
En lo económico no se ha hecho lo suficiente, en lo internacional se da mucho de qué hablar, y menos aún se han dado acciones en el campo social. La violencia intrafamiliar no cesa, al igual que el consumo de drogas, abusos sexuales y atentados criminales; los recientes ataques terroristas y el secuestro de un grupo de periodistas en la provincia de Esmeraldas, son muestra de aquello.
Las políticas desacertadas, sumadas a la ignorancia de ciertos funcionarios públicos en puestos estratégicos, solo nos han complicado el panorama y ahora tenemos haciendo de las suyas en nuestro territorio, a grupos armados irregulares bien entrenados y de largo andar delictivo en el vecino país del norte. Es urgente buscar lo antes posible ayuda internacional especializada y asignar la dotación necesaria a las Fuerzas Armadas para bloquear una posible expansión de estos aterradores eventos a lo largo del Ecuador.
Si fueron las malas políticas las que nos llevaron a esta crisis social, internacional, económica y moral, es imperativo un cambio inminente y el plan económico que se acaba de lanzar, lamentablemente, no es suficiente… Si no se demuestran esos cambios y el Gobierno conserva en importantes puestos de dirección a buena parte de los personajes del gobierno anterior, simplemente lucirán inertes y serán más de lo mismo, con diferente remoquete.