TRAGEDIA
La noche del 3 de enero, el caserío de Yanaurco Camino Real, ubicado entre Mocha y Tisaleo, en un camino solitario fue encontrado el cuerpo de un hombre joven, sin signos vitales y con 16 impactos de bala en su cuerpo. Este brutal crimen ha dejado a la comunidad local en estado de impotencia y ha marcado el inicio del año en la provincia de Tungurahua con una tragedia que aún genera más preguntas que respuestas.
El hallazgo se produjo en el sector de Santa Lucía, cuando los vecinos, alarmados por la presencia de una persona tendida en la vía, decidieron alertar a las autoridades. Al llegar al lugar, los agentes de la Policía Nacional confirmaron que se trataba de un hombre de entre 22 y 26 años, quien vestía una chompa deportiva verde, un calentador azul y zapatillas negras de lona.
En su mano derecha, los investigadores encontraron una pipa artesanal, un detalle peculiar que aún no ha sido explicado y que podría ser relevante para esclarecer el contexto del crimen. Según los primeros informes, la víctima habría recibido un total de 16 impactos de bala, lo que indica que el ataque fue extremadamente violento y dirigido con una clara intención de causar la muerte.
La escena del crimen sugiere que el joven fue abandonado en el lugar tras el ataque, lo que ha aumentado las sospechas de que este crimen podría estar relacionado con un ajuste de cuentas o un acto premeditado. El cuerpo fue trasladado a la morgue, donde se le realizará la autopsia para determinar con mayor precisión la causa de la muerte y obtener más detalles sobre los impactos de bala.
Sin embargo, lo que más preocupa a las autoridades es la falta de identidad de la víctima, lo que complica aún más la investigación. Hasta el momento, no se ha logrado confirmar su nombre ni establecer si tenía antecedentes penales. Los vecinos, atónitos ante la violencia que ha comenzado a marcar el inicio del 2025, temen que este tipo de hechos se repita en el futuro.
El caso ha generado una gran preocupación en la región, que ya había comenzado a sentir los efectos de un aumento en la inseguridad, los habitantes de la zona esperan que las autoridades logren esclarecer el crimen lo antes posible y den con los responsables de este acto despiadado.
Este crimen ha dejado una profunda huella en la memoria colectiva de la comunidad de Tungurahua, que enfrenta con temor un año que acaba de comenzar y que, por desgracia, ya está marcado por la violencia.
