La Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, resolvió designar al 7 de Junio, DÍA CONTINENTAL DE LA LIBERTAD DE PRENSA, en homenaje a presidentes respetuosos de los derechos de los medios de comunicación a informar. Por su parte, la Asamblea General de la Naciones Unidas proclamó el 3 Mayo como el Día Mundial de la Libertad de Prensa para “fomentar la libertad de prensa en el mundo al reconocer que una prensa libre, pluralista e independiente es un componente esencial de toda sociedad democrática”.
En cualquier caso, la comunidad internacional ha considerado que la libertad de expresión y la libertad de información son de los más importantes derechos de las personas, esenciales para que otros derechos humanos puedan ser realizados.
El hecho es que, en el tema comunicacional, a nivel planetario, miles de hombres y mujeres se involucran, ya como profesionales en los medios televisivos, radiales, de audio, video e impresos, ya como empresarios, creadores, articulistas y otras formas de desarrollar esta tarea de importantes repercusiones en la sociedad.
Los regímenes democráticos reconocen que una prensa libre, pluralista e independiente es un componente esencial de toda sociedad democrática. No así, el poder que viene de la fuerza, del irrespeto a la vocación de los pueblos libres, donde la tiranía y el despotismo abren escenarios para el atropello, la persecución a los periodistas, las censuras, los cierres de medios de comunicación, las barreras, los obstáculos y trabas para la difusión del pensamiento crítico.
Sea en el 3 de mayo o en el 7 de junio, se rinde homenaje a los periodistas que, en la cotidianidad de su trabajo, ponen en peligro sus vidas para informar sobre los conflictos armados, la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico, los desastres naturales y otras tantas situaciones comunicacionales riesgosas y conflictivas, como ocurrió con los periodistas de El Comercio, víctimas del narcoterrorismo en la frontera norte.