En el amanecer del jueves 24 de febrero del 2022, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, escribió un manifiesto sobre la invasión a Ucrania, que lo colgó en la página web del Kremlin, el poder Ejecutivo de su país. Allí destaca la expansión de la OTAN como su principal preocupación.
La OTAN es la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Una alianza político-militar que funciona desde 1949, en la que participa Estados Unidos, junto con países europeos, unidos para frenar una posible avanzada de la Unión Soviética, liderada en ese entonces por Stalin. Su contraparte era el Pacto de Varsovia, que agrupaba a la URSS y a los países de Europa oriental. Con el colapso de la Unión Soviética, el tratado se extinguió en 1991 y los países bálticos, así como Polonia, que pertenecían a este grupo, se pasaron a la OTAN. Rusia, además, dejó de contar con los territorios de Kiev, que se independizaron y se constituyeron en la república de Ucrania. La expansión de la OTAN ha sido un proceso lento que ha logrado que desde 1999, 14 países, varios del Pacto de Varsovia, se sumarán y lleguen a 30 países miembros. Sin embargo, su apertura tácita para incluir en su seno a Ucrania y a Georgia hizo que Rusia hiciera un anuncio el pasado 10 de diciembre, en el que exigía que esa organización dejará de considerar su inclusión, ya que son dos posiciones que, desde el punto de vista de Rusia, lo dejan vulnerable al contingente armamentístico de la OTAN cerca de su frontera.
Las estimaciones de la inteligencia de EE.UU. y de Ucrania eran que, para diciembre del 2021, Rusia había movido 70 000 y 94 000 soldados cerca de la frontera con Ucrania. Justo cuando Putin había manifestado su inconformidad sobre lo que denomina como la “expansión de la OTAN”.
La tensión, en vez de bajar, se fue acrecentando. El 17 de febrero, el segundo a bordo de la Embajada de Estados Unidos en Moscú, Bart Gorman, fue expulsado del país, lo que confirmó que Rusia quemaba sus naves para una negociación con EE.UU. Para el 21 de este mes, todos los diplomáticos norteamericanos fueron evacuados de Kiev, la capital ucraniana, hacia Polonia. El gobierno de ese país pidió a sus ciudadanos que abandonaran Ucrania.
El 22 de febrero, el Senado ruso autorizó a Putin a enviar fuerzas militares a la frontera con Ucrania, una mera formalidad, pues el Ejecutivo de Rusia ya tenía desplegadas sus tropas desde diciembre.
La invasión de Ucrania se produjo en las primeras horas del 24 de febrero, lo que causó una retirada masiva de los civiles, que buscan su salida hacia Polonia y en menor escala a Moldavia y Rumania, que son los países con los que comparte frontera al oeste. No hay desplazamientos humanos a Bielorrusia, porque ese país comparte visión política con Rusia. Incluso la OTAN ha pedido a Bielorrusia que se mantenga neutral.
Las intenciones de Ucrania de pertenecer a la OTAN vienen desde el 2008, cuando ese país presentó su solicitud para ser parte del acuerdo. La frontera que comparten Ucrania y Rusia es de 2 295 kilómetros, de los que 1 974 son terrestres y 321 son frontera marítima.
La inserción de Ucrania en la OTAN significa un peligro. De ahí que Rusia haya decidido intervenir política y militarmente en ese territorio. En 2014, Rusia se anexó a la península de Crimea, en el mar Negro, que era un territorio ucraniano. Primero apoyó a los rebeldes prorrusos crimeos y luego invadió el territorio. Una estrategia similar a la que tomó con los territorios nororientales de Ucrania, las ciudades de Donetsk y Lugansk, como repúblicas independientes.
Putin ha manifestado que los territorios de Kiev, la actual Ucrania, le pertenecen a Rusia. Desde el siglo XVIII el Imperio Ruso tomó control de esas latitudes y pasó luego, con la revolución bolchevique, a ser parte de la URSS. Solo con la disolución de la Unión Soviética, hubo espacio para que Ucrania apostará por su constitución como república independiente, cobijados por su lengua, el ruteo o ucraniano.
