En numerosos países del mundo el matrimonio gay es legal. Cuando, mediante un referéndum, Irlanda también legalizó el matrimonio homosexual , el Vaticano a través del Secretario de Estado, expresó su tristeza y calificó la decisión no solo como “una derrota de los principios cristianos, sino de una derrota de la humanidad”. Por su parte el papa Francisco, al referirse a la homosexualidad, dijo” ¿Quién soy yo para juzgar a los gais? Mientras un cardenal del Vaticano comentó: “La familia tienen que seguir estando en el centro, y debemos defenderla, tutelarla y promoverla”
Este tema que se presenta tan polémico y lleno de desafíos, fue tratado en el marco del Sínodo de la Familia, llevado a cabo en Roma . Se elaboró un documento de 94 puntos con decenas de propuestas, en las que no hay condenas sino un mensaje de esperanza para quienes se deciden a formar una familia y a los cristianos les recomienda que se mejore la preparación al matrimonio; que cultiven una mirada de comprensión y de esperanza ante realidades tan dolorosas, como la soledad o el fracaso matrimonial, que haya apertura a la vida y educación sexual.
En cuanto a las personas homosexuales, el Sínodo recuerda que Cristo “amó y murió por cada persona, sin excepciones”, por lo que “cada persona, independientemente de su tendencia sexual, debe ser respetada en su dignidad, y acogida con respeto, evitando ‘cualquier marca de injusta discriminación’”. Pero aclara que “no se pueden establecer analogías entre las uniones entre personas homosexuales y el proyecto de Dios sobre matrimonio y familia”
Por otra parte, nuestra Constitución vigente en el Art. 67, determina que el “matrimonio es la unión entre hombre y mujer” y establece que nadie podrá ser discriminado por su orientación sexual.