Arículo de Opinón Por: Antonio Ricaurte
Cuando la inteligencia artificial (IA) perfeccione la falsificación de todas las actividades humanas, nada será creíble.
El reconocido astrofísico estadounidense, Neil de Grasse Tyson, acaba de señalar que “cuando la inteligencia artificial logre duplicar a las personas, a las ideas, a las noticias y a todas las actividades humanas, nada será creíble, nadie creerá en nada”.
La inteligencia artificial está a punto de perfeccionar la falsificación de personas, cosas, paisajes, voces, noticias, historias y absolutamente toda cosa o actividad que se lleva a cabo en la tierra. Hoy, ya se producen todo tipo de videos y fotografías con IA, que son exactos a la realidad. Una mujer diseñada con inteligencia artificial es la más seguida en Instagram. Dentro de poco no sabremos si estamos hablando con una persona o con un holograma.
Cuando la IA logre falsificar o duplicar todas las actividades humanas, nada será creíble y, las redes, también dejarán de ser creíbles.
Los seres humanos reciben a través de la web, de las redes sociales o cualquier otro medio tecnológico, miles y miles de mensajes entretenidos por segundo. Reciben también otro tipo de mensajes; los que, por la enorme avalancha de información, las personas no logran retener, no los recuerdan y pasan inadvertidos. Muchos otros mensajes o noticias son olvidadas y borradas de la mente debido al aparecimiento, en cuestión de segundos, de otros cientos de informaciones y noticias.
Hoy, ningún ser humano tiene la certeza de que la información que le llega a través de los aparatos inteligentes, es real o inventada. Existe la posibilidad de que sea una noticia falsa o haya sido creada por la inteligencia artificial.
La inteligencia artificial está a punto de perfeccionar la copia del mundo y de todas las actividades que en este planeta se llevan a cabo. Quienes fabrican noticias falsas, también dentro de poco, no sabrán si la noticia que crearon es verdadera o falsa.
Hoy existen todo tipo de influencers, actores, políticos y personajes que, a través de las redes, nos muestran una vida falsa: aparecen como individuos que han acumulado bienes materiales, que tienen mucho dinero, viajan por el mundo, son atléticos e inteligentes. Toda una puesta en escena de un mundo irreal.
En el mundo, el 85% de la población no cree en los medios convencionales, y el 75% no cree en las redes sociales. La gente duda de todo.
Por tanto, ya nadie cree en los políticos. En las campañas electorales aparecen un montón de desconocidos haciendo cosas de políticos y hablando el idioma tóxico, negativo y mentiroso de la política. Si no tienen una estrategia y si no se alejan de la política tradicional, nadie les creerá.