Como lo había advertido el presidente Guillermo Lasso, al siguiente día de su primera cadena nacional, esta semana llevó hasta la Asamblea Nacional su proyecto de Ley Creando Oportunidades. En su discurso exigió que el Legislativo tramite la propuesta con celeridad a causa de su carácter de económico urgente.
Lasso aseguró que las reformas permitirán, con flexibilidad y acuerdos bilaterales, que se creen hasta el 2025 alrededor de dos millones de empleos. Se anunció que el IVA no subirá, la eliminación de algunos impuestos y del ICE a varios productos y servicios, como también la supresión del impuesto a la herencia para hijos y cónyuge y del impuesto del 2% para microempresarios.
Aunque en realidad casi nada está claro, los ecuatorianos también exigen, con la misma o mayor premura que el Presidente, empleo. Empleo y más empleo. El país ya ha vivido más de un año de golpe económico que no ha permitido la recuperación de la economía. Negocios cerrados y miles de despedidos de sus trabajos, de los sectores público y privado.
Si el Presidente llega a cristalizar la oferta que propiciará la creación de empleo habrá ganado la carrera a muchos otros exmandatarios. Pero antes de eso, su proyecto de ley –que se advierte por su carácter de ‘megaley’ es inconstitucional debido a la inobservancia al Art. 136 de la Carta Magna– tendrá que pasar por el análisis y objeciones de la Asamblea Nacional.
Está claro que la mayor necesidad son fuentes de empleo, dignas y estables. Pero que en esa demanda y angustia tampoco se permita la precarización del trabajo y el abuso de las personas, ni la regresión de derechos. Todos esos detalles deben ser analizados y consensuados para lograr una política de pleno beneficio para las mayorías.
